El Casi Cuñado - Capitulo 7 #DolorosoAmor
EL CASI CUÑADO
Cap 7 #DolorosoAmor
No sé cuanto rato me quede dormido sobre la arena, pero desperté con mi cabeza apoyada en el pecho velludo y desnudo del Francisco, sentía su respiración pausada y los latidos de su corazón en un ritmo suave. Perezosamente me desperté de mi letargo y me di cuenta que aun estabamos los dos desnudos. Recorde de inmediato todo lo que había pasado horas antes, todo lo que habíamos hablado, la pelea con esos trogloditas, la volada que nos pegamos y la sesión de porno amateur en la playa. Me senté en la arena un momento para estirar mis brazos, cuello y espalda, sentía que me dolía todo el cuerpo y mire la hora del reloj, eran mas de las 4.30 de la tarde. Mi estomago rugió de hambre y me puse de pie, sacudiéndome mi cuerpo desnudo de la arena. Mire al Pancho y me deleite mirándole dormir plácidamente, aun dormido se veía esplendido tan vulnerable y tierno, salvaje y desdeñado, no quise despertarlo. Escuche el tronar de las olas y aprovechando el sol que parecía quemar mi cuerpo corrì en pelotas hacía el mar, zambullendome de primeras sintiendo el agua fresca limpiar todo mi cuerpo, aproveche para nadar un poco aprovechando la quietud de las aguas. Me encantaba nadar en el mar, y mas aún si lo hacía en bolas, me sentía libre, en mi elemento, sin ataduras, mecido por el agua. El agua me ayudaba a ordenar mis pensamientos y sensaciones, todo lo que estaba pasando era demasiado fuerte para mi, como una ola violenta que todo arrasaba en mi, cambiaba mi forma de sentir y de pensar. Estaba tan metido en el agua literalmente, que no escuche cuando alguien se zambullo nadando hacia mi, unos fuertes brazos me tomaban por la cintura, rodeándome la espalda y sin abrir los ojos por lo salado del mar, sentí como me robaban un cálido y apasionado beso mientras contenía la respiración bajo el agua, no tenia que verlo para saber que era él, el hombre dueño de mi mente y mi corazón, le rodee con mis brazos fundiendonos en ese beso subacuatico mientras nuestros cuerpos se juntaban, provocando calor flotando en el agua, también estaba completamente desnudo podía sentir cada fibra de su piel desnuda contra mi, podía reconocer ese cuerpo aún debajo del agua, ese beso se sentía mágico como si fuera oxigeno para mi. Pero entonces realmente necesitaba respirar y emergí a la superficie, saliendo ambos del agua...
- Me pesque un sexy sireno con ojito e pisciina... - Bromeaba el Negro sonriendo mientras abría los ojos para verlo mejor. le rodee el cuello con mis brazos mientras mis pies ahora tocaban el fondo marino, nos quedamos mirando un momento sin saber bien que decir, ambos suspiramos y reímos.
- Y yo me encontré con un Aquaman versión flaite eso si... - Le conteste en el mismo tono bromista mientras le besaba la nariz y antes de que contestara volví a besarlo sintiendo el sabor salino del mar en su boca cálida y de labios gruesos y carnosos, mi lengua recorría el filo de la suya y luego chocaban ambas danzando suavemente mientras nuestros labios se juntaban para finalmente morderle el labio inferior suavemente sacándolo un quejido exaltado al moreno.
- Si po soy mas chorizo eso si... Hasta los tiburones me tienen miedo - Respondió de forma engreída el flaite - Te vi corriendo pal agua en pelota con el potito al aire y no pude resistir la tentación de atraparte... - Señalo mientras jugueteábamos en el agua salpicando al otro tirándonos agua, acariciándonos, besándonos, pellizcándonos por allí y por acá, agarrándome el culo y sobandome su entrepierna contra mi cuerpo, subiéndome a su espalda o persiguiéndonos en el agua como dos locos enamorados. Después de un rato me canse de nadar y medio algo de frió, asì que le hice una seña al Pancho para que nos saliéramos y nos pusiéramos en la orilla para secarnos bajo el sol, mirando hacia el horizonte. Note como el Pancho salia, a pesar del agua helada portaba una semierección, se veía tan sexy, seductor y masculino saliendo del agua desnudo con su piel brillante color oliva, sus músculos marcados, sus piernas torneadas y duritas, sus cabellos destilando agua y no pude evitar reírme sonrojado y burlón.
- Amarra a ese animal antes que muerda a alguien... - Le sonreí picaron, mientras mi exquisito macho se sentaba a mi lado.
- No lo wei mucho a la bestia que esta durmiendo, mira que esta cansado el pobrecito... - Me contestaba como siempre de forma jocosa - Puta que lo paso bien contigo Angel... Eris muy bkn... Me encanta pasar tiempo contigo - Se sinceraba el Pancho sorprendiéndome con sus palabras. Aquel "Te Amo" no había sido una alucinación después de todo. Aun seguía calibrando el peso de esa frase, era algo tan nuevo como bueno se sentía.
- Yo igual Panchito, hace mucho tiempo que no lo pasaba tan bien y estaba con alguien mas... - Suspire mientras el moreno me acariciaba el mentón, levante los ojos para mirarle intensamente - Siento como si nos conociéramos de antes, me complemento super bien contigo - Dije, no pude evitar sonrojarme con esa revelación.
- ¿La dura? A veces también me quedo pegao pensando en eso... Me hubiera gustado conocerte antes po Gatito - Mire sus ojos negros brillar un momento, intentando descifrar esa mirada llena de ternura pero de temor a la vez. <<¿Como desearía que no te sintieras asì y pudieras quererme sin culpa por lo que sientes, sin temor por lo que digan los demás?>> No pude evitar recordar al Giovanni, mi ex compañero, y como sus temores de estar conmigo terminaron por alejarse de mi y destruirle, pero esa es otra historia. No quería repetir la historia con el Francisco, esta vez no deseaba cometer el mismo error. El Pancho sacudió la cabeza como queriendo sacar los malos pensamientos de su mente - Bueno, mejor tarde que nunca... Aquí estamos po y para serte sincero no se que voy a hacer de aqui en adelante -
- Si, si te cacho... Yo tampoco se que pasara... Solo quiero disfrutar estos momento contigo... - Le abrace fuertemente sintiendo mi corazón apretado de emoción, como cuando uno siente que va a caer de un precipicio pero al último segundo se aferra a una roca para salvarse.
- Mira Angel, voy a ser super sincero contigo, me gustas y mucho, pero no se, no quiero ilusionarte tampoco... - Confesó el moreno mientras sentía sus brazos rodearme sintiéndolo también temblar.
- Sabia que ibas a decir algo así... - Suspire hondamente resignado, era algo esperable esa maldita frase.
- No me interrumpai po... - Me reclamó el Negro como intentando ordenar sus palabras antes de decirla haciendo de nudo corazón - A ver, me encanta estar contigo, lo pasamos bien, follamos muy rico y cada día que pasa me gusta mas estar contigo... Y no se si eso es bueno para ambos po... - Entendía su punto y solo asentí, no le quise interrumpir - Osea tu en unos días mas te vai a ir de acá y vai a seguir con tu vida en Santiago po... Y yo la mía acá... - Sentenció el flaite como si se sacará un gran peso de la espalda. ¿Acaso no quería que me fuera? ¡Acaso era un intento ahogado por separarse de mi o permanecer a mi lado? ¿Acaso intentaba poner un final a esto?
- Si, lo se... O no se en realidad... No sé nada de nada en estos momentos... Eso sería el orden lógico, irme a Santiago y seguir mi vida... - No sabia que mas decirle en ese momento, podría haberle dicho que me quedaría o que se fuera conmigo, cualquier opción sería poco probable y estaríamos jugando con supuestos. ¿Que posibilidades teníamos para que esto terminara bien? ¿Y a todo esto, que es terminar bien? ¿Cuál sería el final feliz para nosotros? ¿Existen realmente los finales felices?
- Ademas a mi me gustan las minas po, no se si eso cambie, pero no se, contigo me siento como realmente soy, no tengo que ocultar nada, no me siento menospreciado, ni tengo que tener miedo de mostrar mis emociones... - Exclamo el chico flaite de mis sueños y pesadillas, como odiaba ese complejo de machito hetero que aún cargaba en la espalda <<Weon acéptalo, te comiste a un hombre, que frágil es tu heterosexualidad>> Mi inconsciente reclamaba pero no le hice caso. En el fondo le entendía, se notaba que conmigo era mas autentico, mas Francisco y menos Pancho, no sé si me entenderán. En pocas palabras podía ver la verdadera persona que es y no ese complejo e intrincado macho heteronormado, mujeriego y machista que parecía ser por condición - Contigo puedo hacer lo que sea, nunca había estado asì con una mina, una mina no entiende estas cosas y te hace atao si intentas explicárselo -
- Lo entendí desde el primer momento en que te vi, si llegaba a pasar algo entre los dos, seria ahora y nunca y no se iba a repetir... - Le conteste sin un dejo de asombro, pues ese tipo de discursos ya lo conocía, no es el primer hetero "curioso" con el que me cruzo en la vida y que parece no practicar lo que predica, aunque me gustaba su sinceridad ante todo, algo que esperaba de alguien de él que por lo menos conmigo no podía colocarse una falsa careta y pretender que el mundo era un brillante arcoiris gay, agradecía poder ver su oscura realidad de escalas de grises. Seria peor si lo fuera e intentara actuar de forma falsa y engañarnos a nosotros mismos - Entiendo que eres hetero, toda tu vida lo has sido hasta que llegue yo, te preocupa lo que piensen los demás de ti, tu familia, tus amigos, ademas tienes un hijo... No puedo pedirte que dejes de lado tu vida por mí... Todas las historias asì acaban mal - No quería que acabara mal, no asì, merezco por lo menos intentar llegar a un final - Aunque quizás tengas que replantearte tu sexualidad, no sé a veces la gente se complica tanto intentado ser algo y etiquetarse bajo alguna cosa... Solo sé tu mismo, Pancho no esperes que los demás te digan lo que tienes que ser -
Note como el moreno se ponía tenso ante mis palabras, como si le llegaran directamente, entre el ser y el parecer había una gran brecha que cruzar y que el Francisco aún no sabía si dar ese paso y precipitarse hacia algo nuevo o devolverse por donde vino y darse por vencido y seguir el camino fácil y normal. Que camino mas fome y miserable ¿Que seria de la vida si todos hiciéramos lo que nos dicen que debemos hacer? De seguro si fuera asì, el ser humano ya se habría extinguido, uno no puede luchar contra su propia naturaleza y su propio deseo, el peor enemigo de uno es uno mismo. El Pancho entonces hizo algo que me sorprendió, saliendose del molde, del camino normal <<Osea, Straight>>, apretó los labios haciendo una mueca viendo como se le humedecían los ojos casi al brote de una lagrima, la cual resbalo por su mejilla - Solo sé que ahora mismo sólo quiero estar contigo, Angel.. Teni razón, pero lamentablemente ya viste que en este pueblo culiao toda la gente se mete y opina y es capaz de agredirme a mi o a las personas que quiero... - Rápidamente seco la lagrima e inspiro fuerte como quien se limpia la nariz, como queriendo recomponer su valentía y virilidad, pero en ese segundo como que le ame aun mas, podía ver su fragilidad dentro de toda su entereza. Le acaricie su mejilla robándole un tibio beso en esta como señal de que no se preocupara, a nadie le diría que le vi llorar. El me abrazo y esta vez fui yo el que tuvo que contener las lagrimas, no quería quebrarme ni verme triste ante él, no quería que aquel momento se viera empañado por las lagrimas y la tristeza, quería ser feliz con él hasta el ultimo día, no quería pensar en esa amarga despedida, ya tendría tiempo para deshidratarme llorando de camino a Santiago. <<No ahora, aguanta>>.
- Aunque me duela mucho... Porque me va a doler mucho separarme de ti, voy a tener que reprimirme estos sentimientos, todo lo que vivimos juntos, guardarlos dentro de mi... No sé si pueda borrarlo, Francisco - Le sincere sabiendo que aquella separación fortuita estaba mas cerca de lo que quisiera, quería detener el tiempo y quedarme allí en Talcahuano este y el siguiente siglo junto a él, aqui mismo en la playa, desnudos y enamorados.
- Yo tampoco se si pueda, eres el único weon que me ha gustado hasta ahora, no te voy a olvidar po mi ojito e pisciina... Y no quiero que te vayai... - Sus palabras hincharon mi corazón, pero a la vez me hicieron entristecerme más <<No me lo hagas más difícil Pancho, mejor trátame mal para poder olvidarme de ti mas fácilmente>> Preferiría que el weon se enojara y me golpeara por haberlo "confundido", que me prohíba hablarle, que me eche a patadas de Talcahuano, que me vuelva a tratar mal y ser pesado conmigo, y que me amenazara que si le contaba a alguien me mataría, ya saben esas weas que hacen los heteros arrepentidos. - Ademas tu tienes, o tenias algo con mi hermano po, igual es penca la situación porque a la larga lo vamos a hacer sufrir al Claudio... O uno de los tres va a salir perdiendo acá -
Tenía razón, me había olvidado completamente del Claudio, había olvidado la primera razón por la que había llegado hasta aquí y comencé a narrar esta historia <<Eres un desgraciado, Angel, un hijo de mil puta>> me recriminaba a mi mismo, estaba siendo malo, casi descarado, casi injusto, casi infiel, casi... Porque el fue un "Casí" y no solo él, el Pancho también sería un casi pololo, un casi amor perfecto. Me separe de sus brazos un momento para ver mejor su hermoso rostro
- Si, lo se... Me siento terrible por esto, me gustaba tu hermano, estuve dispuesto a todo por él y por eso llegue hasta acá... Pero nada po, me enamore de ti Pancho... Y eso es lo que mas me duele, porque se que eres imposible... - Le dije sinceramente, algo resignado, no podía darme por vencido tan fácilmente, si por primera vez sentía algo asì por alguien ¿Porque no me arriesgaba y daba el paso al precipicio en vez de devolverme por mis pasos? Estaba escapando al igual que el Pancho, sin darme la oportunidad de luchar, de luchar por estar juntos. - Aunque si por el Claudio fui capaz de llegar aqui, por ti que te quiero haría lo que fuera... Hasta lo imposible -
- Puta no se, a lo mejor puedo ir a verte a Santiago o nos vamos de viaje pa otro lado... O no se po, no quiero perder el contacto contigo po mi ojito de pisciina... Puta la wea oh! Porque la primera vez que me pasa algo bueno tengo que perderlo? - Le vi quebrarse otra vez, y esta vez no lo oculto, y sus lagrimas volvieron a asomarse aunque si se froto los ojos lo cuál me hizo sollozar también, amos teníamos el mismo sentimiento, una mezcla de deseo por tener algo e impotencia a la vez por perderlo. Como cuando algo se te escapa por los dedos.
- Lo mismo me pregunto, todo lo bueno dura poco... A-A lo mejor si podemos volver a vernos, me gustaría que vinieras a Santiago un día... No sé, puedo venir a verte a escondidas o inventar algo... Escaparme, no me importaría ser tu amante, aunque no se si pueda compartirte con cualquier weona... T-Te quiero para mi Francisco - Le bese algo desesperado, como si quisiera retenerlo conmigo para siempre solo con un beso. Le observe volver a sonreír, esa sonrisa ancha y diáfana que todo lo iluminaba y calmaba tempestades.
- Y tu eres sólo mio... Obvio que iré a verte po, ganas no me van a faltar Gatito... ¿Aun me esperarías allá? - Me pregunto a lo cual solo asentí, lo esperaría y lo recibiría con los brazos y el corazón (también las piernas) abiertos. Un hombre asì no se puede olvidar, aun en Santiago.
- Ya te pusiste como teleserie... No creo en las relaciones a distancia, a la larga siempre terminan mal, igual yo me arriesgue viniendo a Talcahuano a conocer al Claudio, fue algo que nunca imagine que podría hacer con tal de estar con alguien... - Le conteste - Pero por ti, cruzo el océano si tuviera otra oportunidad para volver a verte... Claro que te esperare -
- Shusha y el de las teleseries soy yo jajaja... - Se rió jocosamente en su tono flaite característico.
- ¿Entonces te gustaría volver a vernos?... -
- Obvio que si po Angelito... Ya encontraremos algún modo - Se me tiro encima quedando nuevamente debajo de él. Sus manos acariciaban mi rostro suavemente como queriendo dibujar un mapa de mis facciones e imprimirlas en sus dedos para recordarme.
- Si po, algún modo debe haber... - Le bese su frente y su nariz
- ¿Y si te rapto?... - Alzo una ceja de forma excitantemente maligna y provocadora. Ya me imaginaba siendo raptado por él viviendo en un sótano, sometiéndome a sus caprichos día y noche, hasta los más prohibidos.
- Jaja ridiculo... Ya me dio el síndrome de Estocolmo - Bromee mordiéndole el labio inferior, pues me provocaba.
- ¿Qui es esa wea, Gato? ¿Tai enfermo?... - Pregunto mi exquisito flaite en un tono preocupado que me hizo reírme con fuerza al no saber lo que significaba.
- Si weon, enfermo por tu culpa... - Le agarre de los brazos para voltearlo y subirme sobre él, tratando de inmovilizar sus brazos lo cual era imposible para mis delgadas extremidades contener sus esculturales bíceps, estabamos aun desnudos y vibrantes, exultantes de deseo, llenos de emoción, alegres de amor. De la nada comenzamos a rodar nuevamente sobre la arena y a matarnos de risa mientras nos besábamos subitamente. Eramos un par incorregible.
- Puta Angel por la reshushasumare te voy a echar de menos cabro qliao... - Me dijo en su mas puro estilo urbano en una de las pausas que hacíamos para descansar de tanta voltereta en la playa.
- Y yo a ti po mi Negro... - Le abrace fuerte, hundiendo mi nariz en su pecho velludo, frotando mi cabeza contra este, sintiendo su aroma masculino y fuerte pegado en mi, como queriendo impregnarme de todas sus esencias y olores. Todo en él me despertaba el apetito. Mi estomago rugió, sonoramente al parecer de hambre y esta vez no sólo de hambre de hombre, lo que hizo reír estrepitosamente al Negro. - Ya me dio hambre... ¿Vamos a comer algo? -
- Cómeme esta... jajaja, bueno dale - Me contesto picaramente mientras se agarraba el paquete sacudiéndolo levemente y luego se puso de pie para sacudirse la arena y ayudarme a ponerme de pie a la vez, tomamos la toalla para limpiarnos y secarnos la mayor cantidad de arena posible aunque ya se imaginaran que con tanta vuelta a lo escalopa humana y sexo desenfrenado tenia arena hasta ya saben donde - También estoy que corto las guinchas del hambre, tengo una picada la raja pa comer unas empanas exquisitas... - Veía al negro secarse con la toalla cada parte de su cuerpo, lo cual era todo un espectáculo para los sentidos, nunca volverla a lavar esa toalla en mi vida. Luego como siempre tan cariñoso y preocupado conmigo, me ayudo a sacudir la arena de mi piel y nos vestimos. Ya estaba poniéndose algo helado y el sol se desplazaba lentamente hacia el horizonte, quería quedarme allí viendo la puesta de sol. Me quede impávido mirando hacia el mar, uniéndose con el cielo, y su quietud
- Aunque no quiero irme de aquí... - Suspire.
- Yo tampoco... Pero quizás otro día podemos volver a estar acá... Juntos - Suspiro también el Pancho mientras me abrazaba por la espalda apoyando su cabeza en mi hombro, besándome suavemente el contorno de mi cuello.
- Promesa... - Extendió su dedo meñique y con una risa uni el mio con el suyo apretando su dedo.
- ... Promesa - Sentencie. Mi negro se separo un momento y comenzó a buscar algo en su mochila, hasta que encontró una especie de navaja. Se dirigió a la roca que habíamos profanado en nuestro arrebato sexual y comenzó a tallar en esta una letra F y luego un signo más.
- Oye firma tu promesa aquí, en la roca... Así sé que tendrás que volver algún día - Acepte sonriente y tomando la navaja coloque una A. y la fecha. Febrero / 2014. Firmando así aquel pacto de volver a estar allí otra vez. El Pancho hasta tallo un pequeño corazoncito. Nos tomamos una ultima foto junto a la roca. Y nos retiramos lentamente de allí. Ahora que lo pienso, nunca debimos salir de allí en ese momento, afuera nos esperaba la tragedia...
Subimos hacia el camino por la ensenada saliendo de la playa, caminando por el borde costero, encontramos una feria de artesanía y aproveche para comprar algunos souvenirs y recuerdos para mi familia y amigos. Después recordé que se suponía que estaba en Concepción pero todos los recuerditos decían Talcahuano, en fin con el Pancho al lado perdía la noción del tiempo y del lugar. Llegamos hasta un mercado y nos metimos a un restaurante siempre guiado por mi morenazo que parecía conocer cada rincón de allí, nos sentamos en la terraza mirando hacia el mar, lejos del gentío, pedimos unos ceviches, unas empanadas de camarón queso exquisitas y congrio frito con arroz y papas acompañados de un shop de cerveza para el Negro y un humilde jugo natural de piña para mi. Mientras comíamos con gran apetito no podíamos evitar mirarnos, pero no podíamos tocarnos al estar expuestos al publico, aunque de vez en cuanto nuestras manos se colaban debajo de la mesa para tocar al otro rapidamente en un silencio cómplice y secreto.
- Me pesque un sexy sireno con ojito e pisciina... - Bromeaba el Negro sonriendo mientras abría los ojos para verlo mejor. le rodee el cuello con mis brazos mientras mis pies ahora tocaban el fondo marino, nos quedamos mirando un momento sin saber bien que decir, ambos suspiramos y reímos.
- Y yo me encontré con un Aquaman versión flaite eso si... - Le conteste en el mismo tono bromista mientras le besaba la nariz y antes de que contestara volví a besarlo sintiendo el sabor salino del mar en su boca cálida y de labios gruesos y carnosos, mi lengua recorría el filo de la suya y luego chocaban ambas danzando suavemente mientras nuestros labios se juntaban para finalmente morderle el labio inferior suavemente sacándolo un quejido exaltado al moreno.
- Si po soy mas chorizo eso si... Hasta los tiburones me tienen miedo - Respondió de forma engreída el flaite - Te vi corriendo pal agua en pelota con el potito al aire y no pude resistir la tentación de atraparte... - Señalo mientras jugueteábamos en el agua salpicando al otro tirándonos agua, acariciándonos, besándonos, pellizcándonos por allí y por acá, agarrándome el culo y sobandome su entrepierna contra mi cuerpo, subiéndome a su espalda o persiguiéndonos en el agua como dos locos enamorados. Después de un rato me canse de nadar y medio algo de frió, asì que le hice una seña al Pancho para que nos saliéramos y nos pusiéramos en la orilla para secarnos bajo el sol, mirando hacia el horizonte. Note como el Pancho salia, a pesar del agua helada portaba una semierección, se veía tan sexy, seductor y masculino saliendo del agua desnudo con su piel brillante color oliva, sus músculos marcados, sus piernas torneadas y duritas, sus cabellos destilando agua y no pude evitar reírme sonrojado y burlón.
- Amarra a ese animal antes que muerda a alguien... - Le sonreí picaron, mientras mi exquisito macho se sentaba a mi lado.
- No lo wei mucho a la bestia que esta durmiendo, mira que esta cansado el pobrecito... - Me contestaba como siempre de forma jocosa - Puta que lo paso bien contigo Angel... Eris muy bkn... Me encanta pasar tiempo contigo - Se sinceraba el Pancho sorprendiéndome con sus palabras. Aquel "Te Amo" no había sido una alucinación después de todo. Aun seguía calibrando el peso de esa frase, era algo tan nuevo como bueno se sentía.
- Yo igual Panchito, hace mucho tiempo que no lo pasaba tan bien y estaba con alguien mas... - Suspire mientras el moreno me acariciaba el mentón, levante los ojos para mirarle intensamente - Siento como si nos conociéramos de antes, me complemento super bien contigo - Dije, no pude evitar sonrojarme con esa revelación.
- ¿La dura? A veces también me quedo pegao pensando en eso... Me hubiera gustado conocerte antes po Gatito - Mire sus ojos negros brillar un momento, intentando descifrar esa mirada llena de ternura pero de temor a la vez. <<¿Como desearía que no te sintieras asì y pudieras quererme sin culpa por lo que sientes, sin temor por lo que digan los demás?>> No pude evitar recordar al Giovanni, mi ex compañero, y como sus temores de estar conmigo terminaron por alejarse de mi y destruirle, pero esa es otra historia. No quería repetir la historia con el Francisco, esta vez no deseaba cometer el mismo error. El Pancho sacudió la cabeza como queriendo sacar los malos pensamientos de su mente - Bueno, mejor tarde que nunca... Aquí estamos po y para serte sincero no se que voy a hacer de aqui en adelante -
- Si, si te cacho... Yo tampoco se que pasara... Solo quiero disfrutar estos momento contigo... - Le abrace fuertemente sintiendo mi corazón apretado de emoción, como cuando uno siente que va a caer de un precipicio pero al último segundo se aferra a una roca para salvarse.
- Mira Angel, voy a ser super sincero contigo, me gustas y mucho, pero no se, no quiero ilusionarte tampoco... - Confesó el moreno mientras sentía sus brazos rodearme sintiéndolo también temblar.
- Sabia que ibas a decir algo así... - Suspire hondamente resignado, era algo esperable esa maldita frase.
- No me interrumpai po... - Me reclamó el Negro como intentando ordenar sus palabras antes de decirla haciendo de nudo corazón - A ver, me encanta estar contigo, lo pasamos bien, follamos muy rico y cada día que pasa me gusta mas estar contigo... Y no se si eso es bueno para ambos po... - Entendía su punto y solo asentí, no le quise interrumpir - Osea tu en unos días mas te vai a ir de acá y vai a seguir con tu vida en Santiago po... Y yo la mía acá... - Sentenció el flaite como si se sacará un gran peso de la espalda. ¿Acaso no quería que me fuera? ¡Acaso era un intento ahogado por separarse de mi o permanecer a mi lado? ¿Acaso intentaba poner un final a esto?
- Si, lo se... O no se en realidad... No sé nada de nada en estos momentos... Eso sería el orden lógico, irme a Santiago y seguir mi vida... - No sabia que mas decirle en ese momento, podría haberle dicho que me quedaría o que se fuera conmigo, cualquier opción sería poco probable y estaríamos jugando con supuestos. ¿Que posibilidades teníamos para que esto terminara bien? ¿Y a todo esto, que es terminar bien? ¿Cuál sería el final feliz para nosotros? ¿Existen realmente los finales felices?
- Ademas a mi me gustan las minas po, no se si eso cambie, pero no se, contigo me siento como realmente soy, no tengo que ocultar nada, no me siento menospreciado, ni tengo que tener miedo de mostrar mis emociones... - Exclamo el chico flaite de mis sueños y pesadillas, como odiaba ese complejo de machito hetero que aún cargaba en la espalda <<Weon acéptalo, te comiste a un hombre, que frágil es tu heterosexualidad>> Mi inconsciente reclamaba pero no le hice caso. En el fondo le entendía, se notaba que conmigo era mas autentico, mas Francisco y menos Pancho, no sé si me entenderán. En pocas palabras podía ver la verdadera persona que es y no ese complejo e intrincado macho heteronormado, mujeriego y machista que parecía ser por condición - Contigo puedo hacer lo que sea, nunca había estado asì con una mina, una mina no entiende estas cosas y te hace atao si intentas explicárselo -
- Lo entendí desde el primer momento en que te vi, si llegaba a pasar algo entre los dos, seria ahora y nunca y no se iba a repetir... - Le conteste sin un dejo de asombro, pues ese tipo de discursos ya lo conocía, no es el primer hetero "curioso" con el que me cruzo en la vida y que parece no practicar lo que predica, aunque me gustaba su sinceridad ante todo, algo que esperaba de alguien de él que por lo menos conmigo no podía colocarse una falsa careta y pretender que el mundo era un brillante arcoiris gay, agradecía poder ver su oscura realidad de escalas de grises. Seria peor si lo fuera e intentara actuar de forma falsa y engañarnos a nosotros mismos - Entiendo que eres hetero, toda tu vida lo has sido hasta que llegue yo, te preocupa lo que piensen los demás de ti, tu familia, tus amigos, ademas tienes un hijo... No puedo pedirte que dejes de lado tu vida por mí... Todas las historias asì acaban mal - No quería que acabara mal, no asì, merezco por lo menos intentar llegar a un final - Aunque quizás tengas que replantearte tu sexualidad, no sé a veces la gente se complica tanto intentado ser algo y etiquetarse bajo alguna cosa... Solo sé tu mismo, Pancho no esperes que los demás te digan lo que tienes que ser -
Note como el moreno se ponía tenso ante mis palabras, como si le llegaran directamente, entre el ser y el parecer había una gran brecha que cruzar y que el Francisco aún no sabía si dar ese paso y precipitarse hacia algo nuevo o devolverse por donde vino y darse por vencido y seguir el camino fácil y normal. Que camino mas fome y miserable ¿Que seria de la vida si todos hiciéramos lo que nos dicen que debemos hacer? De seguro si fuera asì, el ser humano ya se habría extinguido, uno no puede luchar contra su propia naturaleza y su propio deseo, el peor enemigo de uno es uno mismo. El Pancho entonces hizo algo que me sorprendió, saliendose del molde, del camino normal <<Osea, Straight>>, apretó los labios haciendo una mueca viendo como se le humedecían los ojos casi al brote de una lagrima, la cual resbalo por su mejilla - Solo sé que ahora mismo sólo quiero estar contigo, Angel.. Teni razón, pero lamentablemente ya viste que en este pueblo culiao toda la gente se mete y opina y es capaz de agredirme a mi o a las personas que quiero... - Rápidamente seco la lagrima e inspiro fuerte como quien se limpia la nariz, como queriendo recomponer su valentía y virilidad, pero en ese segundo como que le ame aun mas, podía ver su fragilidad dentro de toda su entereza. Le acaricie su mejilla robándole un tibio beso en esta como señal de que no se preocupara, a nadie le diría que le vi llorar. El me abrazo y esta vez fui yo el que tuvo que contener las lagrimas, no quería quebrarme ni verme triste ante él, no quería que aquel momento se viera empañado por las lagrimas y la tristeza, quería ser feliz con él hasta el ultimo día, no quería pensar en esa amarga despedida, ya tendría tiempo para deshidratarme llorando de camino a Santiago. <<No ahora, aguanta>>.
- Aunque me duela mucho... Porque me va a doler mucho separarme de ti, voy a tener que reprimirme estos sentimientos, todo lo que vivimos juntos, guardarlos dentro de mi... No sé si pueda borrarlo, Francisco - Le sincere sabiendo que aquella separación fortuita estaba mas cerca de lo que quisiera, quería detener el tiempo y quedarme allí en Talcahuano este y el siguiente siglo junto a él, aqui mismo en la playa, desnudos y enamorados.
- Yo tampoco se si pueda, eres el único weon que me ha gustado hasta ahora, no te voy a olvidar po mi ojito e pisciina... Y no quiero que te vayai... - Sus palabras hincharon mi corazón, pero a la vez me hicieron entristecerme más <<No me lo hagas más difícil Pancho, mejor trátame mal para poder olvidarme de ti mas fácilmente>> Preferiría que el weon se enojara y me golpeara por haberlo "confundido", que me prohíba hablarle, que me eche a patadas de Talcahuano, que me vuelva a tratar mal y ser pesado conmigo, y que me amenazara que si le contaba a alguien me mataría, ya saben esas weas que hacen los heteros arrepentidos. - Ademas tu tienes, o tenias algo con mi hermano po, igual es penca la situación porque a la larga lo vamos a hacer sufrir al Claudio... O uno de los tres va a salir perdiendo acá -
Tenía razón, me había olvidado completamente del Claudio, había olvidado la primera razón por la que había llegado hasta aquí y comencé a narrar esta historia <<Eres un desgraciado, Angel, un hijo de mil puta>> me recriminaba a mi mismo, estaba siendo malo, casi descarado, casi injusto, casi infiel, casi... Porque el fue un "Casí" y no solo él, el Pancho también sería un casi pololo, un casi amor perfecto. Me separe de sus brazos un momento para ver mejor su hermoso rostro
- Si, lo se... Me siento terrible por esto, me gustaba tu hermano, estuve dispuesto a todo por él y por eso llegue hasta acá... Pero nada po, me enamore de ti Pancho... Y eso es lo que mas me duele, porque se que eres imposible... - Le dije sinceramente, algo resignado, no podía darme por vencido tan fácilmente, si por primera vez sentía algo asì por alguien ¿Porque no me arriesgaba y daba el paso al precipicio en vez de devolverme por mis pasos? Estaba escapando al igual que el Pancho, sin darme la oportunidad de luchar, de luchar por estar juntos. - Aunque si por el Claudio fui capaz de llegar aqui, por ti que te quiero haría lo que fuera... Hasta lo imposible -
- Puta no se, a lo mejor puedo ir a verte a Santiago o nos vamos de viaje pa otro lado... O no se po, no quiero perder el contacto contigo po mi ojito de pisciina... Puta la wea oh! Porque la primera vez que me pasa algo bueno tengo que perderlo? - Le vi quebrarse otra vez, y esta vez no lo oculto, y sus lagrimas volvieron a asomarse aunque si se froto los ojos lo cuál me hizo sollozar también, amos teníamos el mismo sentimiento, una mezcla de deseo por tener algo e impotencia a la vez por perderlo. Como cuando algo se te escapa por los dedos.
- Lo mismo me pregunto, todo lo bueno dura poco... A-A lo mejor si podemos volver a vernos, me gustaría que vinieras a Santiago un día... No sé, puedo venir a verte a escondidas o inventar algo... Escaparme, no me importaría ser tu amante, aunque no se si pueda compartirte con cualquier weona... T-Te quiero para mi Francisco - Le bese algo desesperado, como si quisiera retenerlo conmigo para siempre solo con un beso. Le observe volver a sonreír, esa sonrisa ancha y diáfana que todo lo iluminaba y calmaba tempestades.
- Y tu eres sólo mio... Obvio que iré a verte po, ganas no me van a faltar Gatito... ¿Aun me esperarías allá? - Me pregunto a lo cual solo asentí, lo esperaría y lo recibiría con los brazos y el corazón (también las piernas) abiertos. Un hombre asì no se puede olvidar, aun en Santiago.
- Ya te pusiste como teleserie... No creo en las relaciones a distancia, a la larga siempre terminan mal, igual yo me arriesgue viniendo a Talcahuano a conocer al Claudio, fue algo que nunca imagine que podría hacer con tal de estar con alguien... - Le conteste - Pero por ti, cruzo el océano si tuviera otra oportunidad para volver a verte... Claro que te esperare -
- Shusha y el de las teleseries soy yo jajaja... - Se rió jocosamente en su tono flaite característico.
- ¿Entonces te gustaría volver a vernos?... -
- Obvio que si po Angelito... Ya encontraremos algún modo - Se me tiro encima quedando nuevamente debajo de él. Sus manos acariciaban mi rostro suavemente como queriendo dibujar un mapa de mis facciones e imprimirlas en sus dedos para recordarme.
- Si po, algún modo debe haber... - Le bese su frente y su nariz
- ¿Y si te rapto?... - Alzo una ceja de forma excitantemente maligna y provocadora. Ya me imaginaba siendo raptado por él viviendo en un sótano, sometiéndome a sus caprichos día y noche, hasta los más prohibidos.
- Jaja ridiculo... Ya me dio el síndrome de Estocolmo - Bromee mordiéndole el labio inferior, pues me provocaba.
- ¿Qui es esa wea, Gato? ¿Tai enfermo?... - Pregunto mi exquisito flaite en un tono preocupado que me hizo reírme con fuerza al no saber lo que significaba.
- Si weon, enfermo por tu culpa... - Le agarre de los brazos para voltearlo y subirme sobre él, tratando de inmovilizar sus brazos lo cual era imposible para mis delgadas extremidades contener sus esculturales bíceps, estabamos aun desnudos y vibrantes, exultantes de deseo, llenos de emoción, alegres de amor. De la nada comenzamos a rodar nuevamente sobre la arena y a matarnos de risa mientras nos besábamos subitamente. Eramos un par incorregible.
- Puta Angel por la reshushasumare te voy a echar de menos cabro qliao... - Me dijo en su mas puro estilo urbano en una de las pausas que hacíamos para descansar de tanta voltereta en la playa.
- Y yo a ti po mi Negro... - Le abrace fuerte, hundiendo mi nariz en su pecho velludo, frotando mi cabeza contra este, sintiendo su aroma masculino y fuerte pegado en mi, como queriendo impregnarme de todas sus esencias y olores. Todo en él me despertaba el apetito. Mi estomago rugió, sonoramente al parecer de hambre y esta vez no sólo de hambre de hombre, lo que hizo reír estrepitosamente al Negro. - Ya me dio hambre... ¿Vamos a comer algo? -
- Cómeme esta... jajaja, bueno dale - Me contesto picaramente mientras se agarraba el paquete sacudiéndolo levemente y luego se puso de pie para sacudirse la arena y ayudarme a ponerme de pie a la vez, tomamos la toalla para limpiarnos y secarnos la mayor cantidad de arena posible aunque ya se imaginaran que con tanta vuelta a lo escalopa humana y sexo desenfrenado tenia arena hasta ya saben donde - También estoy que corto las guinchas del hambre, tengo una picada la raja pa comer unas empanas exquisitas... - Veía al negro secarse con la toalla cada parte de su cuerpo, lo cual era todo un espectáculo para los sentidos, nunca volverla a lavar esa toalla en mi vida. Luego como siempre tan cariñoso y preocupado conmigo, me ayudo a sacudir la arena de mi piel y nos vestimos. Ya estaba poniéndose algo helado y el sol se desplazaba lentamente hacia el horizonte, quería quedarme allí viendo la puesta de sol. Me quede impávido mirando hacia el mar, uniéndose con el cielo, y su quietud
- Aunque no quiero irme de aquí... - Suspire.
- Yo tampoco... Pero quizás otro día podemos volver a estar acá... Juntos - Suspiro también el Pancho mientras me abrazaba por la espalda apoyando su cabeza en mi hombro, besándome suavemente el contorno de mi cuello.
- Promesa... - Extendió su dedo meñique y con una risa uni el mio con el suyo apretando su dedo.
- ... Promesa - Sentencie. Mi negro se separo un momento y comenzó a buscar algo en su mochila, hasta que encontró una especie de navaja. Se dirigió a la roca que habíamos profanado en nuestro arrebato sexual y comenzó a tallar en esta una letra F y luego un signo más.
- Oye firma tu promesa aquí, en la roca... Así sé que tendrás que volver algún día - Acepte sonriente y tomando la navaja coloque una A. y la fecha. Febrero / 2014. Firmando así aquel pacto de volver a estar allí otra vez. El Pancho hasta tallo un pequeño corazoncito. Nos tomamos una ultima foto junto a la roca. Y nos retiramos lentamente de allí. Ahora que lo pienso, nunca debimos salir de allí en ese momento, afuera nos esperaba la tragedia...
Subimos hacia el camino por la ensenada saliendo de la playa, caminando por el borde costero, encontramos una feria de artesanía y aproveche para comprar algunos souvenirs y recuerdos para mi familia y amigos. Después recordé que se suponía que estaba en Concepción pero todos los recuerditos decían Talcahuano, en fin con el Pancho al lado perdía la noción del tiempo y del lugar. Llegamos hasta un mercado y nos metimos a un restaurante siempre guiado por mi morenazo que parecía conocer cada rincón de allí, nos sentamos en la terraza mirando hacia el mar, lejos del gentío, pedimos unos ceviches, unas empanadas de camarón queso exquisitas y congrio frito con arroz y papas acompañados de un shop de cerveza para el Negro y un humilde jugo natural de piña para mi. Mientras comíamos con gran apetito no podíamos evitar mirarnos, pero no podíamos tocarnos al estar expuestos al publico, aunque de vez en cuanto nuestras manos se colaban debajo de la mesa para tocar al otro rapidamente en un silencio cómplice y secreto.
- Sexualmente si, aunque una vez me enamore de una mujer, era mi mejor amiga y creí que podriamos estar felices juntos... Pero bueno toda la vida me hicieron bullying por ser maricón, me pegaban, me hacían las típicas bromitas de tocarme, pellizcarme las tetillas o puntearme, me humillaban, intente hasta suicidarme una vez, me trataban de gay sin yo querer serlo realmente... - Le contaba acercándome un poco más - No se si me entiendes... -
- Mas o menos nomas, Gato... Entiendo lo difícil que fue para ti salir del closet... Que rabia esos conchesumadres, aunque debo confesar que yo era de esos weones molestosos en el colegio - Confesaba el moreno, aunque podía entrever que el moreno era uno de esos típicos machitos homofobos y molestosos, aunque conmigo ya había cambiado ese paradigma y estaba quemando sus barreras y cruzando los limites y normas.
No podía evitar recordar a todos esos hijos de puta que me maltrataron y ofendieron durante esos años de infierno escolar - Me trataban de maricón, sin que yo lo aceptara en mi mismo... Yo no quería ser gay, incluso le pedía a Dios que no lo fuera y que seria un castigo divino... No se, aveces siento que me dijeron tantas veces "maricón" que me terminaron convenciendo... - Suspire algo atolondrado por el peso de mis revelaciones y recuerdos, el como el peso de mis creencias también me había jugado en contra al punto de no querer aceptar mi propio ser, y de rogarle a Dios que no fuera homosexual, y creer que sería condenado por ser distinto. ¿Que mas castigo podría tener si ya mi vida en la tierra había sido un calvario? ¿A cuantos de ustedes les habrá pasado lo mismo y hasta atentaron contra sus vidas pro miedo y vergüenza? - En ese tiempo comencé a sentir algo especial por un compañero de colegio, era el único que me apoyaba y defendía, y claro al defenderme a mi, también lo molestaban a él... Me gustaba mucho en ese entonces, yo era su compañero tutor en química y física ya que el era bien porro y yo bueno, siempre fui un buen alumno, y no se como, estabamos solos en una de nuestras clases de reforzamiento después del colegio, terminamos haciéndolo en el salón de clases... Teníamos muchas ganas, no sé como termine de rodillas haciéndole mi primera conferencia... -
Me mordí el labio mientras relataba mis primeras experiencias sexuales en plena adolescencia y descubrimiento y florescimiento homosexual, el Pancho me miraba con atención y con cierta carga morbosa en su mirada - Después el me lo metió... Fue mi primera vez - me sonroje un momento recordando al Giovanni y todos esos encuentros fortuitos, calientes y escondidos durante y después de clases. ¿Que será de él? ¿Seguirá viviendo en el norte? ¿Se habrá rehabilitado de su consumo de drogas? ¿Se acordara en algún momento de mi y de todo lo que vivimos en esos años locos? ¿Se habrá arrepentido alguna vez de la forma miserable en que me trato cuando fuimos descubiertos? En fin, eso es cosa del pasado y me da más rabia que alegría recordarlo. Ahora estaba enfocado en mi presente, en Francisco.
No podía evitar recordar a todos esos hijos de puta que me maltrataron y ofendieron durante esos años de infierno escolar - Me trataban de maricón, sin que yo lo aceptara en mi mismo... Yo no quería ser gay, incluso le pedía a Dios que no lo fuera y que seria un castigo divino... No se, aveces siento que me dijeron tantas veces "maricón" que me terminaron convenciendo... - Suspire algo atolondrado por el peso de mis revelaciones y recuerdos, el como el peso de mis creencias también me había jugado en contra al punto de no querer aceptar mi propio ser, y de rogarle a Dios que no fuera homosexual, y creer que sería condenado por ser distinto. ¿Que mas castigo podría tener si ya mi vida en la tierra había sido un calvario? ¿A cuantos de ustedes les habrá pasado lo mismo y hasta atentaron contra sus vidas pro miedo y vergüenza? - En ese tiempo comencé a sentir algo especial por un compañero de colegio, era el único que me apoyaba y defendía, y claro al defenderme a mi, también lo molestaban a él... Me gustaba mucho en ese entonces, yo era su compañero tutor en química y física ya que el era bien porro y yo bueno, siempre fui un buen alumno, y no se como, estabamos solos en una de nuestras clases de reforzamiento después del colegio, terminamos haciéndolo en el salón de clases... Teníamos muchas ganas, no sé como termine de rodillas haciéndole mi primera conferencia... -
Me mordí el labio mientras relataba mis primeras experiencias sexuales en plena adolescencia y descubrimiento y florescimiento homosexual, el Pancho me miraba con atención y con cierta carga morbosa en su mirada - Después el me lo metió... Fue mi primera vez - me sonroje un momento recordando al Giovanni y todos esos encuentros fortuitos, calientes y escondidos durante y después de clases. ¿Que será de él? ¿Seguirá viviendo en el norte? ¿Se habrá rehabilitado de su consumo de drogas? ¿Se acordara en algún momento de mi y de todo lo que vivimos en esos años locos? ¿Se habrá arrepentido alguna vez de la forma miserable en que me trato cuando fuimos descubiertos? En fin, eso es cosa del pasado y me da más rabia que alegría recordarlo. Ahora estaba enfocado en mi presente, en Francisco.
- Ufff, me hubiera gustado ser tu compañero de clases... Te la hubiera puesto en cada rincón del colegio weon... Ser el primero en probar ese tremendo poto y darte como caja todos los días, de solo imaginarte ya se me paro - Me interrumpió el Pancho mientras me apretaba la pierna golosamente, me imagine un momento al Pancho en mi colegio, con uniforme y haciéndole todas esas cosas que hacia con mi ex compañero y amante adolescente. Hasta me imagine como seria un trió con aquellos dos en plena sala de clases, sentí un escalofrió recorriendo toda mi espalda. Me reí mientras le tocaba ligeramente la entrepierna al moreno solo para confirmar lo que me estaba diciendo. En efecto, estaba durisimo. Lastima que no pude seguir tocándole mucho más y tuve que apartar mi mano ya que habían otras personas sentadas por allí.
- Me hice gay por condición sexual pero después me di cuenta que era así desde siempre, había nacido así, es mi orientación sexual, y eso me hace ser... Especial. Ya no veo lo malo de ser Gay, es solo sentir y amar distinto a otra persona mas allá del físico... - Le dije con orgullo y sin vergüenza, ya había superado la etapa compleja de auto-aceptación y amor propio hace rato ya - Después conocí a mi primer pololo, el Eduardo, el que te contaba antes, él tenia 23 cuando lo conocí y yo aún era menor de edad... Aun así pololeamos 5 años - Le conté a grandes rasgos mi vida amorosa, un resumen algo express ya que no quería profundizar en esas relaciones pasadas que aunque tuvieron cosas buenas terminaron mal.
- ¡Ohhh caleta de tiempo! Hace 4 años nació el Tommy po imagínate - Exclamo sorprendido el chico flaite - ¿Y que paso? ¿Porque terminaron? -
- Algo típico que pasa entre los gays lamentablemente... - Suspire lánguidamente mientras comía una papa y le daba un sorbo al jugo para pasar la amargura, todo esos recuerdos dolorosos que eran cada vez mas lejanos aun lastimaban - Me cago con otro weon, se arrepintió y me pidió perdón y que me amaba, intento de todo para volver conmigo y yo el muy weon le creí enamorado pero herido, y le di otra oportunidad... Y me la volvió a hacer, me engaño de nuevo... - Reí algo irónico, era lo único que podía hacer después de todo ya había derramado muchas lagrimas por alguien que no se lo merecía. Me puse algo tenso y el Pancho lo noto
- Me hice gay por condición sexual pero después me di cuenta que era así desde siempre, había nacido así, es mi orientación sexual, y eso me hace ser... Especial. Ya no veo lo malo de ser Gay, es solo sentir y amar distinto a otra persona mas allá del físico... - Le dije con orgullo y sin vergüenza, ya había superado la etapa compleja de auto-aceptación y amor propio hace rato ya - Después conocí a mi primer pololo, el Eduardo, el que te contaba antes, él tenia 23 cuando lo conocí y yo aún era menor de edad... Aun así pololeamos 5 años - Le conté a grandes rasgos mi vida amorosa, un resumen algo express ya que no quería profundizar en esas relaciones pasadas que aunque tuvieron cosas buenas terminaron mal.
- ¡Ohhh caleta de tiempo! Hace 4 años nació el Tommy po imagínate - Exclamo sorprendido el chico flaite - ¿Y que paso? ¿Porque terminaron? -
- Algo típico que pasa entre los gays lamentablemente... - Suspire lánguidamente mientras comía una papa y le daba un sorbo al jugo para pasar la amargura, todo esos recuerdos dolorosos que eran cada vez mas lejanos aun lastimaban - Me cago con otro weon, se arrepintió y me pidió perdón y que me amaba, intento de todo para volver conmigo y yo el muy weon le creí enamorado pero herido, y le di otra oportunidad... Y me la volvió a hacer, me engaño de nuevo... - Reí algo irónico, era lo único que podía hacer después de todo ya había derramado muchas lagrimas por alguien que no se lo merecía. Me puse algo tenso y el Pancho lo noto
- Chuta que penca Gato... El weon weon po mira que dejarte por otro... Yo por lo menos sé que no te cagaría con otro weon... Eris el único hombre que me llama la atención - Interrumpió el Negro en un tono suave, tomándome de la mano intentando consolarme. - Si que es completamente distinto estar con otro hombre... Nunca pensé que fuera asì, mis relaciones con las minas siempre han sido un fracaso, puras peleas, puros problemas, puras infidelidades, lo máximo que he estado pololeando son seis meses - Contesto riendo en su tono burlezco lo cual me hizo reír también. Todo en él me hacia reírme, sentirme bien, como un bálsamo que todo lo calmaba y curaba. - Y si te entiendo Gato, a veces yo también pienso que soy así po, flaite por culpa de la sociedad, en realidad actuó así porque tuve que adaptarme y también porque es mi naturaleza, acá teni que ser choro sino perdiste... A veces pienso que podría ser distinto y no estaría aquí... Haria alguna wea bacan de mi vida y que no me digan ahh el weon flaite no sirve pa nada... Ninguna de las minas con la que he estado me han valorao - Contaba el Pancho como revelando su mayor secreto y confesión mas profunda, que lo mostraba mas humano y mas autentico que incluso esa imagen de macho flaite que demostraba ser, me encantaban ambas partes de él después de todo era una combinación de su atractiva y única personalidad. Me gustaba ser yo el que le diera la confianza y la seguridad de abrirse tal cual era, de mostrar todo lo que era sin miedo a ser rechazado o desvalorizado.
- Yo no pienso que no sirvas para nada... - Le dije con dulzura en la mirada - Deberías cumplir lo que deseas, tu puedes hacerlo... Demuestra que no eres solo un weon bueno para nada... Reconozco que la primera vez que te vi, te juzgue mal, malditos prejuicios sociales que nos marcan, pero es porque tenia una mala percepción de los flaites, y es que siempre lo relacione con algo malo y peligroso - Me mordí el labio algo pensativo y le toque la pierna por debajo del mantel, lo que hizo que el Pancho diera un pequeño salto de gusto - Pero tu eres diferente a esos flaites... -
El Pancho me miro con su mirada característica cargada de cariño y deseo haciendo estremecerme, al sentir su mano frotar mi pierna de misma manera - Y yo pensé que erai terrible cuico... Todo fino y elegante, y siempre ridiculizaba a los mari... emmm a los gays, sin saber que los hacia sentir mal, acá ser gay es como algo terrible, casi como una deshonra para la familia, la gente no lo acepta tanto como en Santiago u otros lados.. - Contaba el moreno sin dejar de frotar suavemente mi pierna sintiendo erizarse mi piel ante su tacto pero escuchándole atento sin perder el peso de sus declaraciones - Nunca te ibai a fijar en mi po y por eso te molestaba tanto, pa llamar tu atención y porque si, pa que estamos con weas, también me caen mal los cuicos levantaos de raja, esos fachos qliaos y algunos maricones que se creen la ultima cola del desierto, a esos me los paso por el forro de la pichula... y yo pensé que tu eras así... - Le sentí alterarse un momento preso de sus emociones y desilusiones al punto que se puso algo rojo y tenso, pero luego se calmo al verme a los ojos y se relajo volviendo a acariciar mi pierna, como una bestia amansada. - Pero cuando te vi jugando con el Tommy en el suelo me di cuenta que no eras así... Y de ahí ya te mire con otros ojos -
Le sonreí, mientras su mano subía peligrosamente por mi muslo izquierdo hasta tocar mi ingle, sintiendo escalofríos al sentir sus dedos cálidos tocar la piel sensible entre mis piernas. Tuve que disimular mi estertor tosiendo un poco y me acerque a su oído para susurrarle - Mira tu, yo pensé que te habías fijado en mi cuando me punteaste todo el rato en la fiesta en frente de tu polola... - Mi mano esta vez le acariciaba por encima del pantalón sintiendo su duro miembro despierto apuntando hacia mi, recorrí con mis dedos la forma y el grosor de su miembro hasta que palpe su glande el cual temblaba sintiendo como escurría algo de liquido producto de la excitación. Impregne mis dedos con su esencia, hasta que quite la mano y llevándome los dedos a la boca me los chupe golosamente como quien degustaba un platillo exquisito y me relamí mirándole a los ojos. Yo mismo me sorprendía de mi "puteria". Estaba provocando al macho flaite, el cual boquiabierto me veía jugar con mis dedos.
El Pancho me miro con su mirada característica cargada de cariño y deseo haciendo estremecerme, al sentir su mano frotar mi pierna de misma manera - Y yo pensé que erai terrible cuico... Todo fino y elegante, y siempre ridiculizaba a los mari... emmm a los gays, sin saber que los hacia sentir mal, acá ser gay es como algo terrible, casi como una deshonra para la familia, la gente no lo acepta tanto como en Santiago u otros lados.. - Contaba el moreno sin dejar de frotar suavemente mi pierna sintiendo erizarse mi piel ante su tacto pero escuchándole atento sin perder el peso de sus declaraciones - Nunca te ibai a fijar en mi po y por eso te molestaba tanto, pa llamar tu atención y porque si, pa que estamos con weas, también me caen mal los cuicos levantaos de raja, esos fachos qliaos y algunos maricones que se creen la ultima cola del desierto, a esos me los paso por el forro de la pichula... y yo pensé que tu eras así... - Le sentí alterarse un momento preso de sus emociones y desilusiones al punto que se puso algo rojo y tenso, pero luego se calmo al verme a los ojos y se relajo volviendo a acariciar mi pierna, como una bestia amansada. - Pero cuando te vi jugando con el Tommy en el suelo me di cuenta que no eras así... Y de ahí ya te mire con otros ojos -
Le sonreí, mientras su mano subía peligrosamente por mi muslo izquierdo hasta tocar mi ingle, sintiendo escalofríos al sentir sus dedos cálidos tocar la piel sensible entre mis piernas. Tuve que disimular mi estertor tosiendo un poco y me acerque a su oído para susurrarle - Mira tu, yo pensé que te habías fijado en mi cuando me punteaste todo el rato en la fiesta en frente de tu polola... - Mi mano esta vez le acariciaba por encima del pantalón sintiendo su duro miembro despierto apuntando hacia mi, recorrí con mis dedos la forma y el grosor de su miembro hasta que palpe su glande el cual temblaba sintiendo como escurría algo de liquido producto de la excitación. Impregne mis dedos con su esencia, hasta que quite la mano y llevándome los dedos a la boca me los chupe golosamente como quien degustaba un platillo exquisito y me relamí mirándole a los ojos. Yo mismo me sorprendía de mi "puteria". Estaba provocando al macho flaite, el cual boquiabierto me veía jugar con mis dedos.
- Bien que no te quejaste maricón... Estabai callaito gozando que te sobajeara con mi penca... Aunque en verdad andaba caliente hace rato, hacia varios días que na ni na, la Mari me tenía cortito y había una mina con la que morboseabamos, nos mandábamos fotos califas, pero na la mina nunca concretaba... Y no se, mire tu poto y fue como... Chuchesumare que wea me pasa... Me había fumado un pito o no se, pero tenía tantas ganas de tocarte - Esta vez contraataco el flaite preso de su calentura metiendo sus dedos por la pernera de mi short hasta dar con mis nalgas, ya no le importaba si nos vieran aunque disimulábamos de la cintura para arriba por debajo de la mesa tapados por el bendito mantel nos tocábamos como si nada, todos estaban ocupados al parecer viendo un partido de fútbol o algo asì, por lo que todos estaban concentrado en el partido dentro del local, el bullicio del publico ayudaba ademas, mientras sentía como el moreno estaba concentrado en mi, separe mis piernas un poco dejando tocarme.
- Si me di cuenta, pero me incomodo... No me imagine que hicieras eso y no fue tan agradable... Además estaba el Claudio y bueno tu ex... - Suspire algo ahogado al sentir su dedo indice hurgar en mi entrada, presiono suavemente y sentí su falange incrustarse en mi interior. Maldito Francisco me hacia volverme loco.
- Pues no te veía tan incomodo ni ahora menos, bebe... - Su intrépido dedo comenzó a moverse dentro y fuera de mi, suavemente sintiéndole rozar mi sensible ano buscando mi centro del placer. Tome un sorbo de jugo para ahogar un gemido, mis piernas temblaban debajo de la mesa. - Chucha Angelito perdóname, a veces soy demasiado efusivo, no quería hacerte sentir incomodo... Voh ya me cachai... Esa noche pelie con la Mari porque se dio cuenta que te hice esa wea... Me armo un escándalo y yo me sentí mal porque me trato de maricón y weas... Y na, me fui emputecido a tomar a una wea terrible tuja a ver si me encontraba una cochina pa puro darle y sacarme la culpa por lo que hice y sentirme machito... - Me contaba el Pancho como si nada mientras su dedo atacaba mi entrada trasera. Mi mano llego a su entrepierna, baje el cierre del pantalón y metiendo mis dedos atrape su miembro sacándolo con dificultad, estaba duro y húmedo, lo tome con mi mano derecha masturbandole suavemente mientras con la otra mano comía la ensalada. Lo vi jadear de gusto disimulando a la vez masticando el pescado. Cualquier que viera la cara del Pancho pensaría que el pescado estaba tan rico que provocaba éxtasis
- Pues no te veía tan incomodo ni ahora menos, bebe... - Su intrépido dedo comenzó a moverse dentro y fuera de mi, suavemente sintiéndole rozar mi sensible ano buscando mi centro del placer. Tome un sorbo de jugo para ahogar un gemido, mis piernas temblaban debajo de la mesa. - Chucha Angelito perdóname, a veces soy demasiado efusivo, no quería hacerte sentir incomodo... Voh ya me cachai... Esa noche pelie con la Mari porque se dio cuenta que te hice esa wea... Me armo un escándalo y yo me sentí mal porque me trato de maricón y weas... Y na, me fui emputecido a tomar a una wea terrible tuja a ver si me encontraba una cochina pa puro darle y sacarme la culpa por lo que hice y sentirme machito... - Me contaba el Pancho como si nada mientras su dedo atacaba mi entrada trasera. Mi mano llego a su entrepierna, baje el cierre del pantalón y metiendo mis dedos atrape su miembro sacándolo con dificultad, estaba duro y húmedo, lo tome con mi mano derecha masturbandole suavemente mientras con la otra mano comía la ensalada. Lo vi jadear de gusto disimulando a la vez masticando el pescado. Cualquier que viera la cara del Pancho pensaría que el pescado estaba tan rico que provocaba éxtasis
- Maldito machismo... - Exclame apretando su glande y corriendo la piel del prepucio de arriba y abajo sintiendo como latía su grueso miembro en mi mano. - ¿De verdad supo? A mi no me dijo nada. N-No se que decir, debe haber pensado lo peor de mi... ¿Estuviste con una weona esa noche? ¿Te toco? - Le pregunte en un tono celoso mientras intensificaba el movimiento de mi mano a través del tronco de su verga hinchada, agarrando un movimiento constante mi mano parecía tener autonomía propia mientras lo masturbaba.
- Filo, ya pasó... - El Pancho bufo de gusto tomando el shop - Yo asumí mi culpa pa que no te webeara a ti y peleamos y terminamos... Y si, trate de llevarme a una mina a mi casa pa comermela, no voy a mentirte... - Se sinceraba el Pancho mientras su dedo frotaba mi ano, metiendo y sacando en círculos y jugaba con mi perineo y testículos, me estaba volviendo loco, sentía mi rostro caliente y febril, y mi pene duro atrapado en mi short - La weona me la chupo, ni lejos comparado contigo así que no se me ponga celoso, pero aun así no pude hacerla, no sé, estaba enrabiao, frustrao y ademas no dejaba de pensar en voh... - Un segundo dedo invadió esta vez y apreté el mantel con mi mano libre, no pude evitar gemir pero gracias al ruido de la tele y la algarabía y efervescencia del partido y la gente gritando pasaba desapercibido - Y claro a la mañana siguiente lo primero que veo al llegar adonde mi mami es toda tu tremenda raja en pelota a punto de culiar con mi hermano... -
En ese momento alguien se acerco a fumar a la terraza y nos separamos abruptamente tratando de actuar lo mas normal posible, no pudimos evitar reírnos cómplices, nerviosos y sudorosos de la locura que estabamos haciendo. - Fue lo más vergonzoso que me ha pasado en mi vida, me quise morir allí mismo... Después de lo que había pasado anoche, lo ultimo que quería era verte a ti y menos así... - Aun tenia mi mano empapada en sus efluvios sexuales y él a la vez miraba sus propios dedos y llevándolos a su nariz inspiro como queriendo captar mi aroma mas intimo. Estuvimos unos minutos en silencio mientras el otro seguía fumando. El Pancho saco su celular y comenzó a mandarme las fotos y videos al mio. No sé como ni en que momento había obtenido mi numero de celular, pero allí estaban cargándose los videos, me reí en silencio. Sentía curiosidad de verlos pero los guardaría para después. El loco que estaba fumando volvió a entrar para seguir viendo el partido y volvimos a reirnos.
- Los veré después en la noche, cuando te eche de menos... -
En ese momento alguien se acerco a fumar a la terraza y nos separamos abruptamente tratando de actuar lo mas normal posible, no pudimos evitar reírnos cómplices, nerviosos y sudorosos de la locura que estabamos haciendo. - Fue lo más vergonzoso que me ha pasado en mi vida, me quise morir allí mismo... Después de lo que había pasado anoche, lo ultimo que quería era verte a ti y menos así... - Aun tenia mi mano empapada en sus efluvios sexuales y él a la vez miraba sus propios dedos y llevándolos a su nariz inspiro como queriendo captar mi aroma mas intimo. Estuvimos unos minutos en silencio mientras el otro seguía fumando. El Pancho saco su celular y comenzó a mandarme las fotos y videos al mio. No sé como ni en que momento había obtenido mi numero de celular, pero allí estaban cargándose los videos, me reí en silencio. Sentía curiosidad de verlos pero los guardaría para después. El loco que estaba fumando volvió a entrar para seguir viendo el partido y volvimos a reirnos.
- Los veré después en la noche, cuando te eche de menos... -
- Yo me dare la tremenda paja en tu nombre... - Aclaro el Pancho sintiéndome halagado - Casi me salta tu poto en la cara weon... Debo de reconocer que me quede viendo por la rendija antes de entrar, no se weon me dio morbo verte haciendo todo eso y me dio rabia a la vez que el weon de mi hermano no hiciera nada... Era como si culiarai con un muñeco inflable - Sonrió el Pancho haciendo que me imaginara esa escena y con el Pancho detrás de la pared mirando todo, si hasta parecía tragicómico ese momento.
- N-No sabía que estabas allí... En realidad no lo estaba disfrutando con tu hermano, sentí que era todo mecánico y él no ponía de su parte, sentí que ninguno de los dos realmente quería hacerlo... No se, quería mostrarle que me gustaba, que quería estar con él... - Aclare suspirando levemente y agradecí de cierta forma que hubiera pasado asì y no hubiera llegado a más.
- Super aweonao de tu parte po... No sabia si sacarte la chucha por estar con mi hermano y humillarte más porque me teniai con la vena hincha o sacarle la chucha a mi hermano y culiarte ahí mismo delante de él y mostrarle como se hace... - Exclamo el Negro, ahora entendía muchas cosas de como se habían dado para que termináramos ambos juntos al otro día esa mañana cuando follamos por primera vez, era como si ambos lo hubiéramos deseado mental e instintivamente antes de hacerlo carnal y físicamente real. - Igual que bueno que llegue a interrumpir esa caga de cacha fome y penca, me alegro tanto de haber visto tu culito me dije al toque este va a ser mio, sino hubiera llegado hubierai terminao junto con mi hermano... -
Asentí, tomándole la mano, ahora estaba con él, eso era lo importante después de todo. Terminamos de comer y empezó a llenarse de mas gente la terraza por lo que ya no pudimos seguir toqueteandonos debajo de la mesa - Bueno, por algo son las cosas... Ahora entiendo porque estabas tan enojado... Hasta me insultaste - Le reclame mientras me arreglaba mis shorts que habían cedido pro culpa de los dedos juguetones de mi moreno amante.
Asentí, tomándole la mano, ahora estaba con él, eso era lo importante después de todo. Terminamos de comer y empezó a llenarse de mas gente la terraza por lo que ya no pudimos seguir toqueteandonos debajo de la mesa - Bueno, por algo son las cosas... Ahora entiendo porque estabas tan enojado... Hasta me insultaste - Le reclame mientras me arreglaba mis shorts que habían cedido pro culpa de los dedos juguetones de mi moreno amante.
- Puta si, lo dije sin querer queriendo, entre rabia y calentura... No sé weon, me impacto ver al Angelito tierno, inocente y delicado sentándose sobre una pichula en pelota y a pata pela esa wea es perturbantemente caliente... Me la puso como un fierro - Contesto el Negro mientras apretaba su entrepierna e intentaba guardarla nuevamente dentro de su pantalón. Luego de terminar todo y no dejar nada en los platos, pedimos la cuenta, ya era hora de irse y ademas aquel juego erótico nos había dejado con ganas de más. Dividimos la cuenta, y fuimos al baño, me puse en un urinario y él se coloco en el del lado. Por un momento pensé que haríamos algo más y es que con el Pancho nunca se sabe, su cara siempre me perturbaba y me calentaba al mismo tiempo. De hecho en un momento me acorralo contra la pared para besarme furtivamente agarrando mi culo con sus manos.
- ¿Por eso me tocaste el culo en la ducha? - Le dije mientras le comía la boca a besos, y sentía su pene fuera del pantalón frotándose contra el mio
- Si... Y te mostré mi pico a propósito, quería que lo vierai y me desearas... En el fondo sabia que me teniai tantas ganas como yo a ti... Y no me equivoque, nadie me ha devorao el pico con tantas ganas como voh, ni una mina me la ha chupado como voh - Me mostró su dura pìchula dándose golpes en la mano con ella. Me incline para meterme su miembro a mi boca y saborearla con todas las ganas que podía, bombeando mi cabeza de arriba a a abajo para tragarmela toda, el me agarro la cabeza con las dos manos para follarme la boca rapidamente.
- Y me encanta hacértelo... - Le dije mientras me la sacaba un momento de los labios para poder respirar y lamerle todo el contorno de su imponente falo de carne jugosa y caliente, en especial su inflamado y rojo glande que llenaba mi boca de su licor preseminal. Mi flaite no se aguanto las ganas y tomándome fuerte del pelo arremetió contra mi boquita sintiendo como entraba hasta el fondo chocando con las paredes de mi garganta ahogándome con su verga. Comenzó a mover sus caderas rapidamente, bombeando contra mi ávida y hambrienta boca abriendo al máximo para recibir su pene, sintiendo como me faltaba el aire - Ahhh conchesumare... Esa noche me quede a propósito porque quería puro surcirte a pichulazos al otro día... Sabía que estaríamos solos en la casa y te haría de todo... Sino hubiera estado el embarao qliao del Claudio ahí mismo, me hubiera pasado para tu camita pa gozarte toda la noche, bien te hubierai dejao, si te gusta la cochina'... Si te encanta mi tula, eso comasela entera... Aquí tiene su postre mi washito, un postre de tres leches.... Ahhhhh!!! Ohhh! - Gemía el Negro mientras se deshacía de placer en mi boca y sentí como acababa con tres disparos de semen caliente, agridulce y espeso llenando mi goloso paladar. En ese momento sentimos unos pasos que venían hacia el baño y nos separamos rapidamente. El Pancho apunto su duro pene al urinario intentando actuar con calma y normalidad, aun temblaba por el intenso orgasmo que tuvo y resoplaba para relajar su cuerpo. Mi cara estaba roja e intente recuperar al aliento tragando el semen que tenia en mi boca, mientras orinaba de los puros nervios se me bajo mi erección. Unos tipos entraron al baño por lo que rapidamente me subí el short y me lave las manos y la cara, y me enjuague rápido la boca. El Pancho se demoro un poco mas ya que sin duda aun seguía duro después de su orgasmo e intentaba bajar su imperiosa erección, lo espere afuera del baño para no levantar sospechas, y en cuanto salio, suspiro sonriendo picaramente salimos rapidamente de allí.
- Ya basta... Casì nos pillan... Hay que ser mas cuidadosos, Pancho - Le dije entre serio y preocupado pero no podía dejar de reirme igual, estabamos arriesgándonos demasiado haciendo estas cosas y mas aun en publico. No quería que se armara un escándalo si nos pillaran.
- Sii weon, tenemos que controlarnos un poco... Lo siento... - Suspiro el moreno dejando de reír y poniéndose igual serio y mirándome a los ojos me sorprendió - Na de verdad Angel, fuera de broma y de lo que paso ahora... De verdad me encantaría pasar una noche contigo, no solo follándote toa la noche, sino dormir contigo... Me gusta que te acurruquis en mi pecho, dormir en cucharita, en pelotita... Me gusta dormir a tu lado mi Ojito e piscinna - Caminamos de vuelta al estacionamiento para buscar el auto del Negro, subiendo por la bahía. El viento frió comenzaba a calar en mis brazos y rodillas pero aun sentía mi corazón y mi cara caliente, llena de una sensación de bienestar que hace mucho tiempo no sentía...
- A mi también me gustaría estar contigo... Lastima que en la casa de tu mamá no se pueda... Menos con el Claudio al lado... - Fruncí el ceño.
- Bueno algún día lo haremos po... ¿Hasta cuando vai a quedarte? - Pregunto el Negro deteniéndose un momento para esperar esa respuesta. <<Ojala que nunca Pancho>>.
- No se, quizás hasta fin de mes... Si es que el Claudio no me hecha antes pa la calle... - Conteste.
- Lo mato a ese qliao si te hace algo malo... - Exclamo el Pancho alterándose un momento.
- No, no te pongai idiota... Lo mejor seria que me fuera de esa casa po, no me gusta molestar menos a tu mami que es tan buena conmigo no me lo merezco -
- Vente conmigo po Gato, a mi casa... - Disparo Francisco dejándome anonadado.
Esta vez fui yo quien se detuvo sorprendido por su petición. No me esperaba algo asì
- ¿Lo dices en serio, Pancho?... - Le pregunte con cierta duda.
- Si, de verdad... - Asintió el moreno mientras me daba un abrazo.
- ¡Y que le decimos a tu mama? ¿Y al Claudio?... - Le abrace sintiendo que todo me daba vueltas, eran muchas cosas que tenia en la cabeza, muchas preguntas sin respuestas. Quería estar con él,y él conmigo a pesar de todo.
- Chucha no se... No lo había pensado, solo quiero que te quedì conmigo... - Me susurro el Pancho tan dulce, tan encantador,tan ilusionado como un niño pequeño deseoso de que se le cumpla un deseo. Que sólo asentí.
- Te quiero... - Mis labios murmuraron depositando un ultimo beso en la comisura de sus labios
- Y yo a ti... - Contesto el Negro y antes de que un beso sellara ese pacto, como un destello vi por el rabillo del ojo lo peor que pude haber visto en ese momento, a la única persona, que aparte del Claudio, no desearía que nos viera juntos haciendo una declaración de profundo y doloroso amor, me separe violentamente de los brazos del Pancho y este sorprendido me miro y luego volteo la cabeza, sentí como el Pancho se volvía de piedra allí mismo - ¡Conchetumare!... - Grito el Pancho, allí a menos de tres metros estaba ella, con los ojos abiertos de par en par, la Maritza, su ex polola junto al weon flaco que nos había atacado en la playa, sus ojos de ratón brillaban llenos de maldad...
... No poda moverme, no supe como reaccionar, sentí que hasta el aire me faltaba y si daba un paso perdería el equilibrio y me caería, sólo me quede allí al ver que la Mari comenzaba a correr gritando y llorando, y el Pancho fue detrás de ella intentando detenerla. Mis piernas temblaban cuando vi que el flaco se iba no sin antes lanzarme un besito burlezco en el aire como sabiendo que había provocado un temblor de magnitudes catastróficas. Corrí hacia ellos sintiendo que me quemaban los ojos, me faltaba el aire y el frió de la playa me hacia temblar aun mas, como si un puñal atravesara mi pecho.
- Mari, Maritza, espera por la chucha... ¿Que wea te dijo ese loco?... - Profirió Francisco exasperado y preocupado, nunca le había visto tan asustado como en aquel momento, tomando a la chica por el brazo para detenerla. Ésta hecha una furia, intentaba soltarse con todas sus fuerzas dándole manotazos al grandote de su ex.
- Suéltame Pancho qliao!... - Gritaba histérica a lo que el Negro la soltó - Me dijo que andabai con el Angel... Los pillo besándose en la playa... Yo no le quise creer y me dijo que viera por mis propios ojos... Es verdad qliao... Weones de mierda, me cagaron... - Chillaba la Mari, mientras se tomaba la cabeza con fuerza en un intento desesperado por calmarse, sollozaba y gritaba a la vez, y yo me sentí la peor escoria del planeta - Los vi, con mis propios ojos... - Crispe los ojos de los puros nervios. El Pancho desesperado se tomaba de la cabeza también como queriendo despertar de esa pesadilla vivida.
- Mari cálmate porfa... Podemos hablar con calma... Te lo puedo explicar - Me acerque alzando la voz, intentado ser conciliador y calmar los ánimos. Me acerque hasta ellos dando la voz ya que el Pancho no podía articular ni una sola palabra. Lo sentí indefenso e inseguro, nada de lo que dijera podría borrar lo que paso.
- Voh no me digai nada maricón mentiroso... - Me encaro con rabia la morena, y con cuanta razón, la Maritza, que hasta espere que me golpeara, me sentía tan miserable, quizás una cachetada me haría reaccionar y no sentirme una mierda. No sentirme tan insulso y vació como me sentía en ese momento.
- Y tu menos Pancho, me cagaste... Maricón - Y antes de pegarme a mi, la Mari con toda su fuerza le dio una feroz cachetada al hombre que hace un par de días ella quería, el Pancho respondió ese golpe en silencio, también se sentía igual o peor de miserable que yo. Esa palabra sin duda le dolió aun mas en el ego y en el corazón del Francisco, quien agacho la mirada incapaz de defenderse, incapaz de defenderme. Y me dolió a mi también el verle sufrir de esa forma estoico, impotente y silente, y sentir a la vez que su vida se desmoronaba por mi culpa.
- Me las vai a pagar Pancho... - Amenazo la Mari rasgando con su voz el aire. Sus ojos despedian chispas de rabia y decepción y aunque su voz temblaba nunca cambio el tono cargado de flemas violentas que deseaba sacar de su cuerpo.
Me percaté entonces que se acercaba doña María con el pequeño hijo de Francisco y sentí como si mis piernas se hundieran en arenas movedizas. Le hice una seña al moreno para que viera a su madre y a su hijo acercándose, la cosa no podía ponerse peor. Mi corazón palpitaba con fuerza
- Pancho, allá viene tu Mama... - Le dije mientras me acercaba a ellos. El Pancho se puso rigido del susto.
- Ahora vai a ver weon... - La Mari empujó al Negro apartándolo y se acercó a lo que el Negro sobrereacciono aferrándola del brazo para que no armara un escándalo aún mayor. La Mari le volvió a pegar y entonces hice lo único que se me ocurrió hacer y fue acercarme al niño para saludarlo y no se diera cuenta como estaban peleando los otros dos.
- Mari contrólate que esta mi hijo también... Deja de pegarme - Exclamó el Negro, algo desesperado al ver a su hijo acercarse.
- ¡Papá! ¡Tió Angel!... - El niño soltó la mano de su abuela y corrió. Extendí mis brazos y el pequeño me abrazo con cariño, tomándolo en brazos le salude y jugué con él dándole vueltas en el aire. Doña María con su oído y su olfato de señora mayor noto de inmediato que algo extraño estaba sucediendo y me miró extrañada, sólo le respondí con un gesto señalando que todo estaba muy mal.
Escuchaba de fondo a la Mari quien no disimulan la voz. Mientras el fuerte e imponente del Pancho lucia cabizbajo y moribundo por primera vez, sin siquiera poder levantar la vista.
- ¿Decirme a mi que cosa, Maritza? - Intervino la madre algo sería y preocupada lo que hizo que la joven dejará de alzar la voz, y el Pancho reaccionará, tomo de los hombros a la chica y le hablo en un tono suave pero directo.
- Para tu webeo estai loca, estai hablando puras leseras... Deja de hacer esto te lo pido por mi mamá y mi hijo - reclamó el Pancho ya cansado de los insultos y los golpes de su ex pareja, ya cansado de las humillaciones y que lo expusiera así en la calle frente a las personas que más quería en el mundo. El Negro se me acercó y rápidamente su hijo le pidió estar entre los brazos de su enorme y queridi padre y este le abrazo cariñosamente, mirándome a los ojos a la vez, preso de ternura y de temor a la vez. Quería abrazarle fuerte también y contener toda su pena y aliviar todo su dolor dentro de el.
- Francisco, ¿Que esta pasando?... - encaró esta vez la señora a su hijo, preocupado al ver el rumbo que estaban tomando las cosas, ahora veía a su hijo abatido y desalmado, como si algo realmente terrible estaba pasando.
- Nada mami, la Mari y yo ya no estamos juntos... Terminamos- Suspiró el Pancho revelando la verdad a medias. Maritza rompió en llanto lo que hizo entristecerme también a mi. Estaba haciéndole mucho daño a todos, solo deseaba poder desaparecerme y no estar allí. Quizás aún estarían los dos juntos viviendo una vida normal, si yo no hubiera llegado a Talcahuano nada de esto hubiera sucedido, ni hubiera llegado hasta un punto de no retorno.
- Cuéntale la verdad po Pancho, porque me dejaste, tía su hijo es un... maricón, me engaño... - Susurro la chica - Me ha engañado todo este tiempo - Atacó con filo en la lengua la chica dejándonos a todos pasmados. El pequeño Tomás se quedo quieto y algo tenso al notar que estaban peleando los adultos. La señora María los miró enfadada pero manteniendo la compostura.
- Controla tu lengua Maritza, que hay un bebe presente... Este no es el momento ni el lugar para hablar sus temas personales - Contestó la mujer notando algo de rechazo en su mirada tomo a su nieto preocupada de que la enojada morena fuera a golpear a su hijo y de paso salir lastimando a su nieto.
El Pancho ahora más repuesto del impacto de las palabras, le contestó la chica, ya cansado de los golpes y las amenazas, cansado de las humillaciones y de ver como su hijo se ponla triste al ver la situación alzo la voz - Ya córtala Maritza para tu show... Todos están viéndote, además yo termine contigo porque siempre me has tratado mal, no me valorai, no quiero estar contigo... - Le contesto estoico. El niño comenzó a llorar al escuchar a su padre y entonces le volví a tomar en brazos para calmarle, arrullandole suavemente.
- Si po weon, y ahora ya sé porque po, ya lo entiendo todo... Cuéntale a tu mamá po, si eris tan chorito... - Le encaro la mujer sin dar se brazo a torcer y luego me miro a mi de forma amenazante - O cuéntale tu po, que te haci el weon también... Esperate no mas, le voy a decir todos, al Claudio también... - Se me acercó y me dio un empujón sin tener cuidado siquiera de que tenia aun al niño en brazos lo cual me dio aun mas pena y coraje, por ella y la forma en que estaba tomando la situación sin medir consecuencias ni tener cuidado de dañar a los demás que nada tenían que ver en esto. - Así todos saben la weas que hacis po weon de mierda... ¡Asqueroso! ¿Querì que te desenmascare? - Me cubrí pensando que me atacaría a la vez protegiendo a Tomás quien me abrazaba con fuerza asustado por los gritos.
- Ya déjame en paz... No pelees delante del niño... Estai loca Maritza, así no se hacen las cosas ni a gritos ni golpes... Actúa como una mujer adulta y no una cabra chica - Le respondì intentando razonar con la chica logrando que se callara.
Francisco se interpuso entre los dos y me miro de forma tierna y preocupada - El Ángel no tiene la culpa de nada, él es el único que me ha apoyado y se preocupa por mi y por el Tomás... weon es un siete - Su voz parecía acariciarme y no pude evitar suspirar, deseando que esto acabara pronto para poder estar con él. El moreno se acerco a la chica tomándola del brazo - Si queri hablar, hablemos pero no metai a mi hijo y a mi mamá en esto... Ni al Ángel tampoco -
Doña María, que hasta ese momento había observado todo con un trémulo silencio, de pronto reacciono para poner orden - ... El problema que tengan van y lo hablan lejos de acá... No tenemos porque aguantar mas griteríos, no estamos en la feria - Tomo al niño en brazos y agredeci que la mujer intentara poner paños fríos a la situación - Vamos, Ángel... Dejemoslos solos mejor... ¿Vamos Tommy a comprar un helado?.. - Ambos asentimos con una sonrisa, no era bueno exponer al menor a ese nivel de violencia.
- Sii, y mi papi?... - Pregunto el nene con una sonrisa aunque preocupado por su progenitor.
- Después viene tu papi ¿ya? ¿Quieres montar en ese autito?... - Le conteste mientras le señalaba un auto eléctrico para niños de esos que se usan con monedas, el niño sonrió y aplaudió contento encantado por las luces, los sonidos y los colores del auto.
- Sii!!! Puedo subirme lela?... - Pregunto con educación y dulzura el nene.
- Si, anda con cuidado... - Respondió la abuela. Nos alejamos los tres y mire al Pancho, lucia triste, preocupado y enojado. Ayude al niño a subir al coche de juguete y feliz manejaba y tocaba la bocina cual corredor de formula 1, me gustaba verlo feliz. Doña María rompió el silencio de nuevo, mirándome a los ojos, era como si supiera el momento preciso para poder hablar, lo cual me relajaba - ¿Que paso, Angel?... -
- Tía lo siento mucho... No quiero que nadie sufra por mi culpa, no puedo contarle tampoco lo que paso... Yo me iré en cuanto pueda a Santiago, mañana mismo si hace falta, ya no quiero molestarla mas en su casa - Le respondí con un dejo de tristeza en la voz, no quería irme así pero esto me afectaba demasiado y no quería hacerle daño al Pancho ni a Tomás.
- No entiendo que esta pasando. ¿Te hizo algo el Negro? ¿Te molesto?... - Pregunto la mujer indagando en lo sucedido, mientras le sonreía a su nieto quien pedía dar otra vuelta en el auto. Coloque otra moneda. Como desearía que la vida fuera tan simple y feliz como aquel niño en su auto de juguete.
- No tía, nada de eso, se lo juro... El es bueno conmigo, es una buena persona - Suspire mientras a lo lejos veía al Pancho y a su ex sentados en una banca conversando mas tranquilos, sin poder escucharlos, por lo menos la loca ya no estaba gritando y el Pancho no parecía tan molesto.
- Bueno, no voy a dejar que te vayas solo... Y no eres ninguna molestia, no diga eso mijito... - Interrumpió la mujer, sacándome de mis pensamientos - Ademas estas en mi casa, yo soy la que decide quien puede entrar o no a mi casa... Esa niñita nunca me gusto para el Francisco... - Exclamó con disgusto.
- A mi tampoco... - Conteste con ciertos celos al ver a lo lejos que ahora la chica le hacia cariño al Pancho e intentaba besarle, después que le había golpeado e insultado, maldita perra, era obvio que solo quería manipularlo y aprovecharse de lo mal que estaba Francisco, atado de manos y sintiendo que todo se escapaba de su vida. - L-Lo siento... Y gracias por todo tía, se lo agradezco... No merezco tanto de su parte - Me sonroje mirando a la mujer mayor, cuyos ojos me inspeccionaban y sonreía también como quien descubre un secreto. Su mirada me transmitía confianza y calor.
- No diga eso mijito... Aquí te queremos mucho, no queremos que te vayas... ¿Cierto Tommy? - Exclamo la mujer mostrando una amplia sonrisa semejante a las que hacia Francisco.
- ¡¡Shii!!... - Grito el niño contento y eso me animo un poco mas, ese pequeño era la imagen viva de su padre.
- Y es obvio que el Pancho también te quiere mucho... Y tu lo quieres a él... Soy vieja, pero no tonta mijito, me doy cuenta de las cosas... - Respondió doña María dejándome estupefacto y en silencio, no sabía que decirle, supongo que ella ya lo sabía, era cosa de vernos un momento y cualquiera se daría cuenta. Sólo le di un abrazo agradecido por su comprensión y cariño hacia mi. El pequeño Tomas también quería unirse a ese abrazo y no dudo en extender sus manitas. Le abrace también con infinito cariño.
También deseaba abrazar a su padre y que éste fuera feliz, alce la vista un momento para localizarle y nuestras miradas se cruzaron como si ambos nos buscáramos a pesar de estar lejos. Sus ojos brillantes y oscuros se fundían con los míos a pesar de la distancia. Le sonreí tímidamente y él hizo lo mismo como queriendo despedirse y decir algo mas y que aquel día hermoso no terminara de esa manera abrupta y triste, separados el uno del otro, me hizo un gesto con la mano, deseaba correr hacia él y besarle sin importarme nada más, su madre ya lo sabía todo y su hijo me aceptaba y quería, no había nada que ocultar, no había a quien culpar, deseaba poder abrazarle y decirle que todo estaría bien, pero no pude en ese instante mi corazón quería hacerlo pero mis piernas tuvieron miedo de correr hacia él, se subió a su auto junto con la loca de su ex novia que ya la detestaba a estas alturas, la muy cínica se agarraba a su brazo como una lapa dispuesta a todos para separarnos después de todo el día que hizo. Hubiera deseado decirle algo mas, pero no era el momento, debería haber sido mas valiente, apoyarle, acompañarle. No dejarle sólo. No dejar que se fuera. No dejar que su mente le traicionara. No dejar que esa arpía lo alejara de mi y le lavara el cerebro y lo manipulara. No dejar que este doloroso amor siguiera oscureciéndose y pudiera brillar y llenarse de luz otra vez. No lo hice y me arrepiento mucho, esa fue la última vez que lo vi esa fatídica noche, ese día que había empezado lleno de color y amor, ahora se cernía gris y oscuro, ahora estabamos separados, sentía mi corazón entristecido lejos de mi querido Francisco, mi flaite, mi casi cuñado...
- A mi también me gustaría estar contigo... Lastima que en la casa de tu mamá no se pueda... Menos con el Claudio al lado... - Fruncí el ceño.
- Bueno algún día lo haremos po... ¿Hasta cuando vai a quedarte? - Pregunto el Negro deteniéndose un momento para esperar esa respuesta. <<Ojala que nunca Pancho>>.
- No se, quizás hasta fin de mes... Si es que el Claudio no me hecha antes pa la calle... - Conteste.
- Lo mato a ese qliao si te hace algo malo... - Exclamo el Pancho alterándose un momento.
- No, no te pongai idiota... Lo mejor seria que me fuera de esa casa po, no me gusta molestar menos a tu mami que es tan buena conmigo no me lo merezco -
- Vente conmigo po Gato, a mi casa... - Disparo Francisco dejándome anonadado.
Esta vez fui yo quien se detuvo sorprendido por su petición. No me esperaba algo asì
- ¿Lo dices en serio, Pancho?... - Le pregunte con cierta duda.
- Si, de verdad... - Asintió el moreno mientras me daba un abrazo.
- ¡Y que le decimos a tu mama? ¿Y al Claudio?... - Le abrace sintiendo que todo me daba vueltas, eran muchas cosas que tenia en la cabeza, muchas preguntas sin respuestas. Quería estar con él,y él conmigo a pesar de todo.
- Chucha no se... No lo había pensado, solo quiero que te quedì conmigo... - Me susurro el Pancho tan dulce, tan encantador,tan ilusionado como un niño pequeño deseoso de que se le cumpla un deseo. Que sólo asentí.
- Te quiero... - Mis labios murmuraron depositando un ultimo beso en la comisura de sus labios
- Y yo a ti... - Contesto el Negro y antes de que un beso sellara ese pacto, como un destello vi por el rabillo del ojo lo peor que pude haber visto en ese momento, a la única persona, que aparte del Claudio, no desearía que nos viera juntos haciendo una declaración de profundo y doloroso amor, me separe violentamente de los brazos del Pancho y este sorprendido me miro y luego volteo la cabeza, sentí como el Pancho se volvía de piedra allí mismo - ¡Conchetumare!... - Grito el Pancho, allí a menos de tres metros estaba ella, con los ojos abiertos de par en par, la Maritza, su ex polola junto al weon flaco que nos había atacado en la playa, sus ojos de ratón brillaban llenos de maldad...
... No poda moverme, no supe como reaccionar, sentí que hasta el aire me faltaba y si daba un paso perdería el equilibrio y me caería, sólo me quede allí al ver que la Mari comenzaba a correr gritando y llorando, y el Pancho fue detrás de ella intentando detenerla. Mis piernas temblaban cuando vi que el flaco se iba no sin antes lanzarme un besito burlezco en el aire como sabiendo que había provocado un temblor de magnitudes catastróficas. Corrí hacia ellos sintiendo que me quemaban los ojos, me faltaba el aire y el frió de la playa me hacia temblar aun mas, como si un puñal atravesara mi pecho.
- Mari, Maritza, espera por la chucha... ¿Que wea te dijo ese loco?... - Profirió Francisco exasperado y preocupado, nunca le había visto tan asustado como en aquel momento, tomando a la chica por el brazo para detenerla. Ésta hecha una furia, intentaba soltarse con todas sus fuerzas dándole manotazos al grandote de su ex.
- Suéltame Pancho qliao!... - Gritaba histérica a lo que el Negro la soltó - Me dijo que andabai con el Angel... Los pillo besándose en la playa... Yo no le quise creer y me dijo que viera por mis propios ojos... Es verdad qliao... Weones de mierda, me cagaron... - Chillaba la Mari, mientras se tomaba la cabeza con fuerza en un intento desesperado por calmarse, sollozaba y gritaba a la vez, y yo me sentí la peor escoria del planeta - Los vi, con mis propios ojos... - Crispe los ojos de los puros nervios. El Pancho desesperado se tomaba de la cabeza también como queriendo despertar de esa pesadilla vivida.
- Mari cálmate porfa... Podemos hablar con calma... Te lo puedo explicar - Me acerque alzando la voz, intentado ser conciliador y calmar los ánimos. Me acerque hasta ellos dando la voz ya que el Pancho no podía articular ni una sola palabra. Lo sentí indefenso e inseguro, nada de lo que dijera podría borrar lo que paso.
- Voh no me digai nada maricón mentiroso... - Me encaro con rabia la morena, y con cuanta razón, la Maritza, que hasta espere que me golpeara, me sentía tan miserable, quizás una cachetada me haría reaccionar y no sentirme una mierda. No sentirme tan insulso y vació como me sentía en ese momento.
- Y tu menos Pancho, me cagaste... Maricón - Y antes de pegarme a mi, la Mari con toda su fuerza le dio una feroz cachetada al hombre que hace un par de días ella quería, el Pancho respondió ese golpe en silencio, también se sentía igual o peor de miserable que yo. Esa palabra sin duda le dolió aun mas en el ego y en el corazón del Francisco, quien agacho la mirada incapaz de defenderse, incapaz de defenderme. Y me dolió a mi también el verle sufrir de esa forma estoico, impotente y silente, y sentir a la vez que su vida se desmoronaba por mi culpa.
- Me las vai a pagar Pancho... - Amenazo la Mari rasgando con su voz el aire. Sus ojos despedian chispas de rabia y decepción y aunque su voz temblaba nunca cambio el tono cargado de flemas violentas que deseaba sacar de su cuerpo.
Me percaté entonces que se acercaba doña María con el pequeño hijo de Francisco y sentí como si mis piernas se hundieran en arenas movedizas. Le hice una seña al moreno para que viera a su madre y a su hijo acercándose, la cosa no podía ponerse peor. Mi corazón palpitaba con fuerza
- Pancho, allá viene tu Mama... - Le dije mientras me acercaba a ellos. El Pancho se puso rigido del susto.
- Ahora vai a ver weon... - La Mari empujó al Negro apartándolo y se acercó a lo que el Negro sobrereacciono aferrándola del brazo para que no armara un escándalo aún mayor. La Mari le volvió a pegar y entonces hice lo único que se me ocurrió hacer y fue acercarme al niño para saludarlo y no se diera cuenta como estaban peleando los otros dos.
- Mari contrólate que esta mi hijo también... Deja de pegarme - Exclamó el Negro, algo desesperado al ver a su hijo acercarse.
- ¡Papá! ¡Tió Angel!... - El niño soltó la mano de su abuela y corrió. Extendí mis brazos y el pequeño me abrazo con cariño, tomándolo en brazos le salude y jugué con él dándole vueltas en el aire. Doña María con su oído y su olfato de señora mayor noto de inmediato que algo extraño estaba sucediendo y me miró extrañada, sólo le respondí con un gesto señalando que todo estaba muy mal.
Escuchaba de fondo a la Mari quien no disimulan la voz. Mientras el fuerte e imponente del Pancho lucia cabizbajo y moribundo por primera vez, sin siquiera poder levantar la vista.
- ¿Decirme a mi que cosa, Maritza? - Intervino la madre algo sería y preocupada lo que hizo que la joven dejará de alzar la voz, y el Pancho reaccionará, tomo de los hombros a la chica y le hablo en un tono suave pero directo.
- Para tu webeo estai loca, estai hablando puras leseras... Deja de hacer esto te lo pido por mi mamá y mi hijo - reclamó el Pancho ya cansado de los insultos y los golpes de su ex pareja, ya cansado de las humillaciones y que lo expusiera así en la calle frente a las personas que más quería en el mundo. El Negro se me acercó y rápidamente su hijo le pidió estar entre los brazos de su enorme y queridi padre y este le abrazo cariñosamente, mirándome a los ojos a la vez, preso de ternura y de temor a la vez. Quería abrazarle fuerte también y contener toda su pena y aliviar todo su dolor dentro de el.
- Francisco, ¿Que esta pasando?... - encaró esta vez la señora a su hijo, preocupado al ver el rumbo que estaban tomando las cosas, ahora veía a su hijo abatido y desalmado, como si algo realmente terrible estaba pasando.
- Nada mami, la Mari y yo ya no estamos juntos... Terminamos- Suspiró el Pancho revelando la verdad a medias. Maritza rompió en llanto lo que hizo entristecerme también a mi. Estaba haciéndole mucho daño a todos, solo deseaba poder desaparecerme y no estar allí. Quizás aún estarían los dos juntos viviendo una vida normal, si yo no hubiera llegado a Talcahuano nada de esto hubiera sucedido, ni hubiera llegado hasta un punto de no retorno.
- Cuéntale la verdad po Pancho, porque me dejaste, tía su hijo es un... maricón, me engaño... - Susurro la chica - Me ha engañado todo este tiempo - Atacó con filo en la lengua la chica dejándonos a todos pasmados. El pequeño Tomás se quedo quieto y algo tenso al notar que estaban peleando los adultos. La señora María los miró enfadada pero manteniendo la compostura.
- Controla tu lengua Maritza, que hay un bebe presente... Este no es el momento ni el lugar para hablar sus temas personales - Contestó la mujer notando algo de rechazo en su mirada tomo a su nieto preocupada de que la enojada morena fuera a golpear a su hijo y de paso salir lastimando a su nieto.
El Pancho ahora más repuesto del impacto de las palabras, le contestó la chica, ya cansado de los golpes y las amenazas, cansado de las humillaciones y de ver como su hijo se ponla triste al ver la situación alzo la voz - Ya córtala Maritza para tu show... Todos están viéndote, además yo termine contigo porque siempre me has tratado mal, no me valorai, no quiero estar contigo... - Le contesto estoico. El niño comenzó a llorar al escuchar a su padre y entonces le volví a tomar en brazos para calmarle, arrullandole suavemente.
- Si po weon, y ahora ya sé porque po, ya lo entiendo todo... Cuéntale a tu mamá po, si eris tan chorito... - Le encaro la mujer sin dar se brazo a torcer y luego me miro a mi de forma amenazante - O cuéntale tu po, que te haci el weon también... Esperate no mas, le voy a decir todos, al Claudio también... - Se me acercó y me dio un empujón sin tener cuidado siquiera de que tenia aun al niño en brazos lo cual me dio aun mas pena y coraje, por ella y la forma en que estaba tomando la situación sin medir consecuencias ni tener cuidado de dañar a los demás que nada tenían que ver en esto. - Así todos saben la weas que hacis po weon de mierda... ¡Asqueroso! ¿Querì que te desenmascare? - Me cubrí pensando que me atacaría a la vez protegiendo a Tomás quien me abrazaba con fuerza asustado por los gritos.
- Ya déjame en paz... No pelees delante del niño... Estai loca Maritza, así no se hacen las cosas ni a gritos ni golpes... Actúa como una mujer adulta y no una cabra chica - Le respondì intentando razonar con la chica logrando que se callara.
Francisco se interpuso entre los dos y me miro de forma tierna y preocupada - El Ángel no tiene la culpa de nada, él es el único que me ha apoyado y se preocupa por mi y por el Tomás... weon es un siete - Su voz parecía acariciarme y no pude evitar suspirar, deseando que esto acabara pronto para poder estar con él. El moreno se acerco a la chica tomándola del brazo - Si queri hablar, hablemos pero no metai a mi hijo y a mi mamá en esto... Ni al Ángel tampoco -
Doña María, que hasta ese momento había observado todo con un trémulo silencio, de pronto reacciono para poner orden - ... El problema que tengan van y lo hablan lejos de acá... No tenemos porque aguantar mas griteríos, no estamos en la feria - Tomo al niño en brazos y agredeci que la mujer intentara poner paños fríos a la situación - Vamos, Ángel... Dejemoslos solos mejor... ¿Vamos Tommy a comprar un helado?.. - Ambos asentimos con una sonrisa, no era bueno exponer al menor a ese nivel de violencia.
- Sii, y mi papi?... - Pregunto el nene con una sonrisa aunque preocupado por su progenitor.
- Después viene tu papi ¿ya? ¿Quieres montar en ese autito?... - Le conteste mientras le señalaba un auto eléctrico para niños de esos que se usan con monedas, el niño sonrió y aplaudió contento encantado por las luces, los sonidos y los colores del auto.
- Sii!!! Puedo subirme lela?... - Pregunto con educación y dulzura el nene.
- Si, anda con cuidado... - Respondió la abuela. Nos alejamos los tres y mire al Pancho, lucia triste, preocupado y enojado. Ayude al niño a subir al coche de juguete y feliz manejaba y tocaba la bocina cual corredor de formula 1, me gustaba verlo feliz. Doña María rompió el silencio de nuevo, mirándome a los ojos, era como si supiera el momento preciso para poder hablar, lo cual me relajaba - ¿Que paso, Angel?... -
- Tía lo siento mucho... No quiero que nadie sufra por mi culpa, no puedo contarle tampoco lo que paso... Yo me iré en cuanto pueda a Santiago, mañana mismo si hace falta, ya no quiero molestarla mas en su casa - Le respondí con un dejo de tristeza en la voz, no quería irme así pero esto me afectaba demasiado y no quería hacerle daño al Pancho ni a Tomás.
- No entiendo que esta pasando. ¿Te hizo algo el Negro? ¿Te molesto?... - Pregunto la mujer indagando en lo sucedido, mientras le sonreía a su nieto quien pedía dar otra vuelta en el auto. Coloque otra moneda. Como desearía que la vida fuera tan simple y feliz como aquel niño en su auto de juguete.
- No tía, nada de eso, se lo juro... El es bueno conmigo, es una buena persona - Suspire mientras a lo lejos veía al Pancho y a su ex sentados en una banca conversando mas tranquilos, sin poder escucharlos, por lo menos la loca ya no estaba gritando y el Pancho no parecía tan molesto.
- Bueno, no voy a dejar que te vayas solo... Y no eres ninguna molestia, no diga eso mijito... - Interrumpió la mujer, sacándome de mis pensamientos - Ademas estas en mi casa, yo soy la que decide quien puede entrar o no a mi casa... Esa niñita nunca me gusto para el Francisco... - Exclamó con disgusto.
- A mi tampoco... - Conteste con ciertos celos al ver a lo lejos que ahora la chica le hacia cariño al Pancho e intentaba besarle, después que le había golpeado e insultado, maldita perra, era obvio que solo quería manipularlo y aprovecharse de lo mal que estaba Francisco, atado de manos y sintiendo que todo se escapaba de su vida. - L-Lo siento... Y gracias por todo tía, se lo agradezco... No merezco tanto de su parte - Me sonroje mirando a la mujer mayor, cuyos ojos me inspeccionaban y sonreía también como quien descubre un secreto. Su mirada me transmitía confianza y calor.
- No diga eso mijito... Aquí te queremos mucho, no queremos que te vayas... ¿Cierto Tommy? - Exclamo la mujer mostrando una amplia sonrisa semejante a las que hacia Francisco.
- ¡¡Shii!!... - Grito el niño contento y eso me animo un poco mas, ese pequeño era la imagen viva de su padre.
- Y es obvio que el Pancho también te quiere mucho... Y tu lo quieres a él... Soy vieja, pero no tonta mijito, me doy cuenta de las cosas... - Respondió doña María dejándome estupefacto y en silencio, no sabía que decirle, supongo que ella ya lo sabía, era cosa de vernos un momento y cualquiera se daría cuenta. Sólo le di un abrazo agradecido por su comprensión y cariño hacia mi. El pequeño Tomas también quería unirse a ese abrazo y no dudo en extender sus manitas. Le abrace también con infinito cariño.
También deseaba abrazar a su padre y que éste fuera feliz, alce la vista un momento para localizarle y nuestras miradas se cruzaron como si ambos nos buscáramos a pesar de estar lejos. Sus ojos brillantes y oscuros se fundían con los míos a pesar de la distancia. Le sonreí tímidamente y él hizo lo mismo como queriendo despedirse y decir algo mas y que aquel día hermoso no terminara de esa manera abrupta y triste, separados el uno del otro, me hizo un gesto con la mano, deseaba correr hacia él y besarle sin importarme nada más, su madre ya lo sabía todo y su hijo me aceptaba y quería, no había nada que ocultar, no había a quien culpar, deseaba poder abrazarle y decirle que todo estaría bien, pero no pude en ese instante mi corazón quería hacerlo pero mis piernas tuvieron miedo de correr hacia él, se subió a su auto junto con la loca de su ex novia que ya la detestaba a estas alturas, la muy cínica se agarraba a su brazo como una lapa dispuesta a todos para separarnos después de todo el día que hizo. Hubiera deseado decirle algo mas, pero no era el momento, debería haber sido mas valiente, apoyarle, acompañarle. No dejarle sólo. No dejar que se fuera. No dejar que su mente le traicionara. No dejar que esa arpía lo alejara de mi y le lavara el cerebro y lo manipulara. No dejar que este doloroso amor siguiera oscureciéndose y pudiera brillar y llenarse de luz otra vez. No lo hice y me arrepiento mucho, esa fue la última vez que lo vi esa fatídica noche, ese día que había empezado lleno de color y amor, ahora se cernía gris y oscuro, ahora estabamos separados, sentía mi corazón entristecido lejos de mi querido Francisco, mi flaite, mi casi cuñado...

¡Pero que final tan trágico! ¿¡Cómo todo pasó de estar tan bien a terminar de esa manera!? Y cómo es eso de "esa fue la última vez que lo vi"
ResponderEliminarNecesito respuestas (/°^°)/
negro quede, ojalá no sea nada tan malo, estas historias cada vez me dejan mas destrozado :(
ResponderEliminarMe salió todo lo cola sensible y quiero llorar uwu
Un inicio un poco panfletario (el discursito sobre el género) pero retomaste tu línea literaria de ir más a la psicología de los personajes: después de todo, esto es una historia de amor. Muy bien.
ResponderEliminarHola!! Soy el Títan :)
ResponderEliminarEspero que estés bien!!
Quiero felicitarte por atreverte a escribir.
En lo personal, me gustó tu historia con el muchacho :)
Te mando un abrazo. Y espero seguir leyendo tus vivencias!!
Saludos!!! :)
Me identifique con esta parte,lloraba por las noches pensando lo mismo: Me trataban de maricón, sin que yo lo aceptara en mi mismo... Yo no quería ser gay, incluso le pedía a Dios que no lo fuera y que seria un castigo divino... No se, aveces siento que me dijeron tantas veces "maricón" que me terminaron convenciendo..
ResponderEliminar