El Casi Cuñado - Capitulo 8 #ReencuentroSecreto

EL CASI CUÑADO

Cap 8 #ReencuentroSecreto

...El camino de vuelta se hizo tan largo como tortuoso, cada minuto pensaba en el Pancho mientras íbamos en el bus de vuelta a la casa de doña María junto al pequeño Tomás quien se quedo dormido en brazos de su abuela rendido por el cansancio, yo por mi parte me sentía fatigado y angustiado, sentía ganas de llorar y saltar por la ventana del bus, no sabía que me esperaba al regresar, esperaba encontrar al Francisco y poder hablar con él, intente llamarle y mandarle mensajes, pero me salia desconectado y que no se encontraba disponible, aumentando mi preocupación, quizás me había bloqueado ¿Pero por qué ? ¿Qué  fue lo que hice para que saliera corriendo? ¿Qué  fue lo que hice para que ahora me ignorara? ¿Qué  le habrá dicho a su ex? ¿Adónde estarían? ¿Qué estarían haciendo? Mil preguntas rondaban en mi cabeza, pero una sola me importaba resolver <<¿Volvería a verte otra vez, Francisco?>> Suspire algo apesadumbrado intentando acomodarme en el vetusto asiento del bus, ya había anochecido. La señora María no me hablaba, supongo que no quería interrumpir mi silencio. Finalmente bajamos de la micro y tuvimos que subir la cuesta del cerro hacia la casa, por lo que me ofrecí a cargar a Tommy en mis brazos, se sentía calentito y seguro mientras chupaba un dedo, me hizo estremecerme, verlo a él era como ver a su padre, le apreté entre mis brazos sintiendo su aroma de niñez e inocencia. Tenia a su hijo en mis brazos, añorando por él, cambios lo necesitábamos. Finalmente llegamos hasta la casa.

- Gracias mijito... Voy a acostar al Tomás y preparamos un tecito y tomamos once.. ¿Te parece?... - Me dijo cariñosamente la mujer a lo que asentí.
- Si, claro tía... Pero primero quiero darme una ducha... Si no le molesta... - Le pedí en un tono amable sintiendo los ojos cansados.
- Claro que no! adelante... Una ducha caliente te hará bien... - Sonrió dulcemente la buena mujer.
- Si, gracias... –

Me metí al baño sintiéndome agotado y los ojos rojos, todo mi cuerpo picaba no solo por la arena y el sol, sino también por una sensación de ahogo, esperaba no sufrir alguna de esas alergias cutáneas que me daban cuando sufría de mucho stress y me daban ganas de rascarme hasta producirme ronchas, abrí la llave de la ducha y me desnude mirándome en el modesto espejo del baño, mis ojos lucían cansados y enrojecidos, lo peor es que no había podido llorar en todo el trayecto de vuelta, pero una vez metido en el agua caliente sentí como si se accionaran mis lagrimales y comenzara a llorar copiosamente en silencio debajo del chorro de agua que limpiaba mi cuerpo, me refregué el cuerpo con fuerza para aliviar ese escozor, sentía aun al Pancho impregnado en mi ser, su aroma incluso. Mis piernas flaquearon y me senté en el suelo de la ducha hasta que deje de llorar, lo suficiente para sentirme mas aliviado pero sin poder detener esa pena aun inserta en mi, clamando por Francisco, me había acostumbrado a él a tal punto que hasta imaginaba su voz diciéndome <<Déjate de llorar mi Ojito e pisciina, no te pongai weon>> y me consolaba. Me enjabone bien el cuerpo y cada resquicio de mi piel para eliminar la sal y la arena hasta que por fin me sentí limpio y liviano. Se me había quitado la picazón por lo menos, aunque igual me eche una crema corporal ph5 para evitar que se me enrojeciera la piel, aquello parecía un detalle insignificante pero en ese momento lo único que me aliviaba era la dichosa crema y ya entenderán porque era tan importante para mí. Me anude la toalla a la cintura y luego salí del baño y subí a la habitación para terminar de secarme y vestirme.

En ese momento, al abrir la puerta, me di cuenta que estaba el Claudio en la pieza sentado en la cama, sentí de nuevo la picazón recorrer mi espalda. Anude bien la toalla alrededor de mi cintura y le mire algo inseguro, su rostro lucia inexpresivo pero no dejaba de mirarme como queriendo interrogarme, sus ojos perros parecían traspasar mi piel.

- C-Claudio, estas acá... - Suspire algo acongojado mientras sacaba mi ropa del bolso.
- Shiist menos mal te acordaste que existo po... - Murmuro el Claudio en un tono irónico, sintiendo como si me clavara la espalda con sus palabras.

Le mire algo asustado y el noto mi nerviosismo y se puso de pie acercándose a mi - Este, andaba con tu mama y el Tommy de paseo y... -
- ¿Y?... - Inquirió el chico levantando una ceja, su mirada inquisidora me hostigaba y me hacia temblar, nunca fui bueno para ocultar las cosas, mi propio cuerpo me delataba, me acerque a la cómoda cerca de la cama y el se interpuso.
- Y eso... Claudio, tenemos que hablar... - Le interrumpí, sintiendo como se acercaba a mi bloqueando mi paso y me tomaba de la cintura haciéndome sentir mas incomodo. Me solte de su abrazo para tomar una camiseta y tratar de ponermela
- ¿De que seria? - Su mirada recorría mi cuerpo haciéndome sentir incomodo, no entendía como si antes me gustaba que me mirara, aunque ahora su forma de mirar me perturbaba, su mirada era carente de cariño, parecía una fiera salvaje dispuesta a degollarme al primer descuido - Así que lo pasaste bien en la playa ah?... - Me quito la camiseta y la tiro lejos. Su actitud me ponía los pelos de punta, su mirada me inquietaba y me hacía sentir aun mas desnudo si era posible, completamente indefenso.
- Si, es muy divertida tu mami y... -
- Y una mierda weon, para de ser tan mentiroso qliao... - Grito el Claudio, pegandole un golpe a la puerta, haciendo que diera un respingo de miedo al notar como crujía la madera con el golpe.
- Calmate, baja la voz Claudio... Por fa - Exclame haciéndole un gesto para que mantuviera bajo el volumen de su voz, no quería otra pelea mas a gritos y que toda su familia se percatara. Ya era suficiente por hoy, ya no podía aguantar otra confrontación de esa manera.
- Cuenta la firme po weon, se hombrecito para asumir lo que paso... - Se puso frente a mi cruzándose de brazos, sus ojos lucían una expresión fría y dura.
- Es que... Yo.. No sé de que hablas - Titubeaba sintiendo mi cuerpo temblar. Aun estaba desnudo y tiritando de frió bajo la toalla sintiendo mi cuerpo tiritar de miedo y de un frió tan profundo que calaba hasta los huesos.
- ¿Ah no sabis? Mira que raro, te dio la amnesia o algo al cerebro o eris sacowea ademas de maricon... - Contesto con violencia el moreno haciendo que cerrara los ojos. Sin duda lograba intimidarme y asustarme a tal punto que me hacía sentir indefenso, intimidado, humillado. En el fondo sabía el porque, algo sabía el Claudio que le hizo cambiar para siempre.
- Ya para, no voy a dejar que me insultes así... ¿Que te creí?... - Le encare de igual forma alzando la voz, no iba a dejar que me tratara de esa forma.
- Creo ser el weon que te gustaba po... Yo te quería... - Sentencio el Claudio dejándome allí estático y congelado, me sentí terrible en ese instante al saber todo lo que había pasado y que el lo supiera. ¿Se lo habría dicho la Maritza? ¿O quizás el weon ese de la playa? Como fuera, su rostro parecía saber la verdad por mucho que intentara ocultarlo.
- Mentira, M-Me dijiste que no te importaba... - Le respondì ahogado, sintiendo que mis palabras se enredaban en mi lengua - Nunca te has preocupado por mi desde que llegue acá, ni una muestra de cariño ni nada, ni siquiera te importa pasar tiempo conmigo y me dejaste sólo  el Claudio que creía conocer es muy distinto al que tengo al frente... ¿Y ahora me reclamas? - Le reclame molesto por su trato y su forma de presionarme física y psicológicamente. Me acerque a la cama y el se interpuso de nuevo cortándome el paso, acechándome con sus ojos negros cargados de frustración, sintiéndome como una presa atrapada a su merced.
- Porque tenia miedo de quererte po maricon qliao, y ya me di cuenta que solo utilizas a la gente y juegas con los demás... - Me miraba con ira y desdén, lejos atrás quedaba el Claudio que alguna vez conocí, tierno y cariñoso, ahora parecía un monstruo sádico y cruel. Coloco los brazos en jarras en una actitud desafiante.
- Mentira, yo no hice eso, nunca jugué contigo... Déjame pasar weon - Le aparte a lo que este me agarro fuerte del brazo, me doblo la muñeca provocando que me retorciera del dolor.
- ¿Ah no conchetumare? No po si estabai bien ocupao jugando con el qliao de mi hermano... - Vociferaba con fuerza el Claudio apretando mas mi brazo hasta dejarlo morado y le pegue para que me soltara. Comencé a pegarle con todas mis fuerzas, con las manos, con las piernas. En mi mente recreaba aquella primera vez en que estuvimos a punto de hacerlo y fuimos interrumpidos por el Francisco, ahora deseaba más que nunca que detuvieran ese momento, que el Negro derribara la puerta y me sacara de allí, no tener que ver la cara de odio y perversión del Claudio que me provocaba de forma altanera y lasciva a la vez.

- Suéltame, me duele el brazo... ¿Q-Que dices?... - Temblaba mientras forcejeaba para soltarme de su garra, entonces el Claudio saco su celular y me mostró entonces aquel video de la playa, quede petrificado del susto al ver como estabamos el Pancho y yo haciendo el amor frente al mar y como aquel video erótico que suponía ser algo juguetón, se convertía de pronto en una película de terror. Ahora entendía todo y sentía que iba a desfallecer allí mismo al ver la imagen de mi mismo en medio del éxtasis y el deseo entre los brazos de Francisco.
- Si, po... Ahí esta, clarito... ¿O me vai a decir que no son ustedes?... Si te ves hasta bonito ahí en pelotita culiando con mi hermano - Ironizo el Claudio mientras forcejeaba conmigo para quitarme la toalla dejándome desnudo y expuesto. Me tape con mis manos de forma automática. - Mira, si hasta le pedí que te la meta... Como todo un puto maricón - Reía de forma sarcástica provocando que mi cuerpo tiritara de nervios. Sentía una extraña pero molesta picazón extenderse por mi piel sin poder aliviarlo, mi propio sistema inmunologico me estaba atacando preso de un ataque de nervios produciendo una reacción dermatologica que parecía crecer aun más.
- ¿D-De donde sacaste eso? ¡Pásamelo!... - Le intente quitar el celular y cubrirme con la toalla, a lo que el moreno completamente enojado me quito la toalla por completo y me empujo contra la cómoda haciendo que tirara todas las cosas de este produciendo un sonoro ruido. Sentí una punzada en la espalda por el choque contra el mueble y sintiendo como si el aire se me escapara dejándome sin aliento, haciendo a la vez que mis nervios se alteraran aun mas y provocara que mi piel pareciera arder de incomodidad. Necesitaba mi medicamento urgente pero estaba todo en el suelo desperdigado junto con las demás cosas que habían caído, y al Claudio no le importaba en absoluto. Al contrario, parecía disfrutar de mi dolor. Cogí el frasco de pastillas y con los ojos llenos de lagrimas le implore al moreno - P-Por favor, necesito tomar la pastilla. Por favor... -
- Que me importa a mi... A ver si así te mori rápido culiao... - Me quito el frasco de pastillas y lo tiro yendo a parar debajo de la cama a lo cual me enfurecí y sacando fuerzas infrahumanas lo empuje contra la cómoda haciendo que se cayera, al mismo tiempo me inclinaba para buscar el frasco debajo de la cama estirando el brazo para alcanzarlo. Sintiendo a la vez como me comenzaba a ahogar y me costaba respirar cada vez más, necesitaba el inhalador urgente.

El Claudio totalmente enfurecido y fuera de sus cabales, me levanto del suelo a lo que yo respondí dándole manotazos pero poco podía hacer en mi estado sintiendo que mis pulmones iban a colapsar y el parecía estar empecinado en provocarme el mayor dolor posible. - ¡Suéltame weon! O te reviento la cara... Me lo mando la Maritza, tenia razón todo lo que me dijo hace poco, no le quería creer, confiaba en ti y no pensé que mi propio hermano me haría una wea así, hasta que me mostró tu videito po... - Me tomo del cuello con fuerza y sentí que iba a golpearme allí mismo, me cubrí el rostro, estaba tan asustado como para defenderme, no sabia como reaccionar, no tenía fuerzas ni para rebatirle ni mirarle a los ojos y comencé a toser violentamente, mi pecho se contraia con rapidez produciendo un sonoro y molesto pitido - Eso weon, ahogate... ¿Te falta el aire verdad?... Pobre maricón, bueno para nada -
- N-No se que decir... - Chille al sentir como el Claudio se abalanzaba hacia mi y me lamia el cuello de forma lasciva provocandome asco, no era algo sensual, sino algo violento y contra mi deseo y voluntad. Me sentí aún más miserable y seguí pegandole manotazos y cada vez mas ahogado las lagrimas brotaban con fuerza casi quemándome la piel. - P-Por favor, ayúdame Claudio... Hare lo que tu quieras, perdóname... Necesito el inhalador -
- ¡¿Ah no sabis que decir?!, a lo mejor hablai mas claro con un pico en el hocico po... Se ve que te encanta, ahí si que no te ahogai para nada maricón qliao - Dijo en un tono morboso, mientras me agarraba del trasero apretándome con fuerza contra él, sintiendo como clavaba sus uñas en mi piel y me daba un beso forzado. Le mordí el labio con fuerza para que me soltara provocandole un grito de dolor. Intente abrir la puerta dando manotazos pero el Claudio escupió entonces su propia sangre y me arrincono sin dejarme escapar. - Pasame el hoyito y te doy tus weas de pastillas... - No se en que momento había conseguido sacar las pastillas debajo de la cama, ya no podía coordinar todo lo que sucedía en ese momento, pero me las tiro. Como pude abrí el frasco y me metí una pastilla tragándola a la fuerza. Intente mantener la calma un instante para respirar y busque mi inhalador, por suerte no se había roto y rapidamente me lo aplique sintiendo como el aire presurizado entraba por mis pulmones como un disparo para relajar mis pulmones tensionados y poder respirar un poco mejor, aunque no lo suficiente para que desapareciera ese molesto pitido al respirar con fuerza. El Claudio finalmente se me acerco por la espalda y me toco las nalgas - Ahora si, pasando y pasando... -

- Ya basta... - Me rehusé apartando mi rostro del suyo. Y me solte de él, no sé como pero el rapidamente me agarro del pelo y coloco su brazo contra mi cuello inmovilizándome, dificultándome la respiración. Me apoyo contra la cómoda cargando su peso, sentí su erección refregarse contra mi cuerpo pensando en lo peor.
- Si es verdad po, sabia que mi hermano es un conchesumare pero nunca tanto... Se metió con lo único que le pedí que no lo hiciera... ¡Contigo!... - Me susurraba al oído mientras me tenia atrapado con su cuerpo siendo mas fuerte y grande que yo. Busque algo con lo que defenderme entre las cosas que estaban en la cómoda, pero el me agarró bruscamente del brazo provocándome un agudo dolor y la forma obscena con la que se frotaba contra mi me producía tal asco y repulsión que me dejaba congelado sin poder reaccionar.
- Las cosas se dieron así, yo no lo busque ni el a mi... Solo paso... L-Lo lamento, quería decírtelo pero no tuve la oportunidad... - Intentaba explicarle lo sucedido sintiendo que rompía a llorar de nuevo de la pena y desesperación, lo que pareció molestar aun mas al Claudio pues no dudo en golpearme en la espalda haciendo que me golpeara a la vez el estomago con la cómoda dejándome sin aire otra vez con lo difícil que se me estaba haciendo mantener la oxigenación en mi cuerpo, lo que hizo que cayera de rodillas del dolor, me retorcí sobandome el estomago.
- Si po estabai bien ocupao culiando con el Pancho... maricon hijo de la perra Te gusto ¿ah? - Me dio una patada en las costillas que me dejo aun mas adolorido, gimiendo de dolor el pitido esta vez sonó tan ronco y agudo como el aullido de un alma en pena.
- Claudio por favor, córtala... - Me volvió a patear y solo me protegí el rostro y el pecho con las manos - ¡Déjame!... ¡Suéltame ahora weon! - Gritaba ya desesperado al sentir otra patada aun mas fuerte que me hizo dar una vuelta sobre al suelo de madera llorando de dolor y desesperación, sentí como si mi espalda se quebrara y los pulmones se desinflaran en un desagradable dolor, comencé a toser con mas violencia escupiendo en el suelo. El Claudio ya fuera de sus cabales y disfrutando de su sadismo, solo dominado por su rabia y rencor, me volvió a tomar con fuerza tirándome a la cama boca abajo y subiéndose sobre mi. Temí lo peor y empece a retorcerme de nuevo para sacarmelo de encima. Cargo aun mas su peso sobre mi espalda dejándome aun con menos potabilidades de respirar y me comencé a sentir asfixiado, enloquecido me besaba el cuello mientras sentía como intentaba quitarse los pantalones. No quería terminar así, no de esa forma siendo forzado, no me merecía algo así.

- Si te gusta que te la pongan po, como en el video pedí que te la metan... Ya po, déjame ponértela, si al parecer te gustan todos los hermanos de esta familia, si queri llamo al Jordan para que te culee también... - No podía creer que el Claudio fuera capaz de hacer algo así, mi casi pololo, el chico que alguna vez quise, por quien había llegado hasta acá, por quien había dejado la seguridad de mi hogar y abierto las puertas de mi vida y corazón, sé que había actuado mal y fui deshonesto, pero no me merecía esto. Nadie se lo merece.
- Córtala weon... No quiero que me toques - Le mordí el brazo con tal fuerza que le saque sangre y le pegue un codazo en las costillas, este grito dándome otro golpe esta vez en la nariz, doblandome la cara del dolor. Empece a llorar y a gritar aun con todas las fuerzas que me quedaban en los pulmones, y sentí que alguien se acercaba corriendo a la pieza. Se escuchaban golpes en la puerta y gritos para poder abrir pero al parecer estaba cerrada con llave. Deseaba que fuera el Francisco y me rescatara.
- ¡¡Ayuda!!!... Por favor... -
- Entonces ya sabis lo que tienes que hacer po Angelito o te gusta mas que te diga Ojito e pisciina?... - Vi cómo intentaba quitarse su ropa, lo cual me atemorizo aun más y apretaba mi cabeza contra el colchón.
- Nooo, no quiero... - Grite en un intento por escapar me pegue un cabezazo con la marquesa de la cama, lo que me dejo la cabeza dando vueltas por la conmoción del golpe y la falta de aire.

La puerta se abrió abruptamente y sentí todo borroso en ese instante, sentí que rompieron la puerta, no sé muy bien lo que pasaba a mi alrededor, solo vi rostros, la señora María entro al cuarto y me cubría con una toalla, estaba lleno de sangre, mientras veía como el Jordan, el hermano menor detenía a su hermano del cuello. Yo temblaba y temblaba a punto de un colapso nervioso. Mi cabeza daba vueltas y solo oía las voces de ambos hermanos peleando, y la señora María intentando detenerlos a la vez que me intentaba calmar, estaba mareado y sentía el corazón en la boca, sentía sangre en mis labios, mi cuerpo temblaba en espasmos, mi respiración agitada al máximo me producía aun mas dolor en mis magulladas costillas, los pulmones a punto de explotar en un ataque asmático. Las voces solo se arremolinaban en mi cabeza sin un rostro aparente, eran gritos y mas gritos cada vez mas confusos, y entonces exhausto perdí el conocimiento y caí sobre la cama, sobre los brazos de Doña María...

... Caminaba por la playa vacía y oscura, y veía al Pancho sentado en lo alto de una enorme roca golpeada por las olas violentas de una tempestad que se avecinaba, me miraba pero no podía hablarme aunque gritaba y gritaba no podía oír su voz, y yo intentaba subir a la roca pero el seguía subiendo cada vez mas como si esa roca fuera infinita incapaz de poder encontrarme con él. Le pedía que bajara y cuando lo hacia se resbalo y se cayo yendo a dar al mar, perdiéndose entre la bruma. Desperté de sobresalto, estaba en un lugar diferente o por lo menos eso parecía esa habitación de un consultorio o posta de urgencias, entonces la Paola apareció por la puerta con una invariable sonrisa.

- Uhhh por fin despertaste Ángel... ¡Que bueno!... - Me tomaba la presión y me revisaba mis signos vitales, recordé entonces que ella era enfermera y de pronto recordé todo lo ocurrido, la pelea y como el Claudio me había golpeado e intentado abusar de mi. Intente moverme pero me dolía las costillas, me costaba respirar, me dolía todo el cuerpo.

- No te muevas, aún estas adolorido... Debes tomar reposo... Entraste en shock, ademas tienes una costilla rota y no puedes levantarte... Te aplicare un sedante y unos analgésicos para disminuir el dolor... Te hicimos una nebulización además para regular la oxigenación en tu sangre y pudieras respirar - Note que tenía unos vendajes alrededor de mi torso, en la cabeza, y en la nariz y tenia una vía en el brazo por donde me aplicaban suero que me producía un efecto frío al ingresar por mis venas que me relajaba a ratos - Al parecer sufriste ademas de una reacción alérgica al parecer nerviosa, además te dio un ataque de asma, te hicimos unos exámenes para descubrir a que se debe... ¿Tomas algún medicamento en especial? ¿Eres alérgico a algún remedio? - Me preguntaba la chica mientras anotaba en un cuadernillo mi oscilación cardíaca, mi presión y otros números que no entendía que subían y bajaban en la maquinita siguiendo el compás de lo que se suponía era mi cuerpo.

- G-Gracias Paola... - Esboce una sonrisa adolorido, aunque sentía tanta pena por lo ocurrido, me sentía roto por dentro. - Si, uso inhalador para prevenir los ataques de asma, ademas la Azitromicina y Cotrimoxazol como antibióticos y una crema Ph5 para la alergia en la piel... Soy alérgico a la Cortisona además - Le comentaba a la chica mientras anotaba todo en la planilla. - ¿D-Donde estamos?...- Pregunté algo dudoso ya que el lugar, parecía una casa pero acondicionada con aparatos e instrumentos médicos y con paredes lilas y verdes, las puertas y ventanas que semejaban mas bien ser de una antigua casona que un hospital.

- Esta es la posta comunitaria, la construyeron después del terremoto, ya que las pocas ambulancias que habían no daban abasto para llevar a los heridos a los centros asistenciales, ni podían llegar a las zonas mas altas de acá... Por eso con la ayuda de algunos vecinos y autoridades se acondiciono esta casa, y bueno trabajo aquí a media jornada, pero he estado todo el rato contigo desde que ingresaste... - Contaba la Paola con cierto orgullo en su mirada y suspiro algo preocupada. Me extendió la planilla en la cual aparecía una ficha medica con mis datos personales y de salud - Debemos avisarle a tus padres... Es parte del protocolo, y además, debes dejar una constancia en Carabineros por la agresión, que sufriste... Bueno, tu sabes... Y poner una denuncia - Hablaba de forma entrecortada denotando que le costaba anteponer su rol de enfermera con el de hermana, después de todo el agresor había sido su propio hermano y sin duda le dolía la situación tanto como a mi y como al resto de su familia. Mi cabeza parecía estar llenas de nubarrones negros y opacos y sólo podía ver la imagen constate del Claudio golpeándome e intentando asfixiarme para poder forzarme a tener sexo con él. Esa imagen espectral me hizo tiritar y una lucecita roja comenzó a parpadear indicando que mi presión estaba subiendo. La Paola rapidamente se acerco intentado relajarme acariciándome la mejilla suavemente y me aplico una inyección de algo no-se-que pero al rato me relajo. - No te alteres, relájate... Ya pasó lo peor... -


Para mi no había pasado, sentía sólo el caos y las sombras a mi alrededor y pero aún el sólo pensar el dolor que le causaría a mi familia, a mi madre, mi hermano, mi abuela, a todos... Incluso al desinteresado de mi padre. Si supieran lo que paso, en donde estoy, y lo que me intentaron hacer, sería terrible para ellos, no podría vivir sabiendo el sufrimiento que les cause por culpa de mis mentiras.
- Por favor, Paola... No les puedo decir nada a mis padres, mi mamá se muere si sabe que me paso algo... Ella no sabe donde estoy... Les provocaría un grave dolor y angustia, y ya no quiero más problemas, no quiero alterar más las cosas... Te lo ruego - Le suplique algo desalentado, no podía imaginar el escándalo que se formaría si mi familia se metiera en este problema también, el dolor y la desesperación al tenerme tan lejos y que supieran todo el horror que estaba sufriendo, seria una carga demasiado fuerte para ellos ademas de que no lo entenderían. Sólo mi madre aceptaba mi orientación sexual y aun así a regañadientes - Y, con respecto a lo que paso, supongo que tengo que denunciarlo... -
- Si, lo entiendo... No puedo pedirte que no lo hagas, nadie se merece lo que te ocurrió... Yo también sufrí de violencia con mi ex pareja, no podría ser tan descriteriada de que no lo hicieras, aunque el agresor sea mi hermano - Suspiro levemente revelando su historia que yo no conocía, pude sentir de alguna manera su dolor y su pena, quizás se veía reflejada en mi, quizás también paso por un momento de dolor y sufriendo las secuelas de los golpes en una posta como esta, no era por justificar al Claudio para nada, pero él también había vivido rodeado de maltratos y violencia, ya sea por su padre alcohólico o el mismo entorno en donde vivían, la vida injusta en las poblaciones marginadas por las drogas y la delincuencia, bien lo sabia yo que vivía en una comuna complicada en Santiago. Todos esos antecedentes le habían forjado ese carácter oscuro y cruel que no conocía ni pude ver en forma virtual a través de la cámara pero si en carne propia ni hubiera imaginado ni en mis peores pesadillas. Quede aún más sorprendido mientras la morena me tomaba la temperatura colocando el termómetro bajo mi brazo, ambos suspiramos al mismo tiempo como si entendiéramos al otro lo que sentíamos sin tener que decirlo - Pero... mas que mal es mi hermano, sólo te pido que tengas cuidado con mi mamá, ella esta muy mal con todo esto... - Ambos nos quedamos en silencio sin saber muy bien que decir, la situación no era fácil para nadie, habíamos tocado fondo. Yo había tocado hasta el fondo de ese pozo ciego y apenas podía ver la luz <<¿Cómo podría salir de está? ¿Cómo podría volver a sonreír? ¿Cómo podría ver a los ojos a Francisco y contarle lo que pasó? ¿Cómo podría continuar si de pronto me encontrara de nuevo con el Claudio?>>

- Lo sé, yo igual estoy pésimo... Sólo pediré una orden de alejamiento o algo así, ya lo averiguare... Aunque no te preocupes en cuanto pueda salir de aqui me iré de vuelta a Santiago y se acabaran los problemas - Sentencie intentando sonreír para calmarla y ella esbozo otra sonrisa rebotica, pero no podía engañarme a mi mismo, no estaba bien y aunque en un momento había pedido no estar con mi madre, en ese momento, la necesitaba más que nunca. Me sentía tan apocado y fuera de lugar, tan lastimado por dentro y por fuera, con el alma rota y el cuerpo adolorido, necesitaba mas que una sonrisa fingida, necesitaba cariño y no sentirme tan sólo en ese momento perdido en la nada.
- Por ahora debes descansar y recuperarte, mañana por la mañana vendrá el doctor a revisarte... Así que descansa, mas rato te traerán la cena... - Un pitido agudo comenzó a sonar junto a una luz roja parpadeante señalando que se había acabado el antibiótico, la chica rapidamente cambio la bolsa liquida con el medicamento, ajusto la vía, cambio la manguerita y dejo todo limpio con total parsimonia y dedicación que sin duda llevaba años de practica.

En eso veo que estaba el Jordan en una sillita toda incomoda durmiendo, pero se despertó con el ruido de la maquina, entro al cuarto y sonrió al verme despierto. 
- Mansa volaita hermano, menos mal despertaste... Nos tenias a todos preocupados... - Se puso de pie mientras señalaba mi nariz de forma burlona. La Paola le recrimino con la mirada casi fulminándolo, señalando una cajita con mascarillas y guantes. A lo que el moreno fue a colocárselas rapidamente a la zona antiséptica. - Ya jefa, tranquilita... - 
- Gracias, Jordan... Lo siento por todo... Fui un tonto - Me culpaba a lo mismo por lo sucedido, aunque en realidad no debería culparme por lo que había hecho el Claudio, no se justificaba su agresión, no era justificable bajo ningún termino. Pero uno en ese estado tan deplorable se culpa de todo lo ocurrido. Y el hecho de que prácticamente le fui infiel con su propio hermano provoco su ira y desprecio hacia mi, me hacía sentir aun mas culpable y miserable al punto de pensar que yo me lo había buscado y me lo merecía por ser mala persona.
- Naa tranqui si no hiciste nada... Mi mami se fue a la casa con los niños, pero yo me voy a quedar acá hasta que estés bien... Se va a poner contenta cuando le digamos que ya despertaste... Estuviste tres días durmiendo raja - Sonreía de forma conciliadora el menor de los hermanos mientras relataba los hechos, intentado recordar  a la vez lo que había pasado pero aquellas imágenes solo me hacían doler mas la cabeza, esas nubes negras solo cargaban mas dolor en mi.
- Aun así no podrás salir de aquí hasta que estés en excelentes condiciones... Así que no lo agites mucho Jordan o se le abrirán los puntos - Aclaro la Paola con voz seria pero amable a la vez. Se notaba que era mas estricta y madura que el resto de sus hermanos y quizás todo lo que vivió le había forjado ese carácter mas rudo, ademas ser la única mujer entre tanto varón hiperkinetico, peleador y machista no era fácil sin duda.
- Tranquila hermana, si ya lo se oh, me iré cuando el Ángel se quede zeta de nuevo... - Aclaró el hermano menor.
- ¿Q-Que pasó con el Claudio? - Los interrumpí sintiendo como se me trababa la lengua.
- Te desmayaste, estabai con mucha sangre po y al Claudio bueno le saque la chucha para que te soltara, parecía un animal el weon, tomo unas weas y se fue... No sabemos donde esta... - Decía el moreno haciendo que fuera recordando en parte lo sucedido, aunque mi cerebro parecía haber bloqueado el peor momento que termino por dormirse para no saturar mas mi mente de lo ocurrido dejándolo en un lugar recóndito y apartado rodeado de nubes borrascosas. Aun sentía dolor en mi cuerpo y una pena que calaba fondo manifestándose aun mas fuerte cuando respiraba y sentía una tensión en mi costado haciendo que me sintiera incomodo, pero el dolor en el centro de mi corazón sin duda era el peor y no tenía ningún sedante para curarlo - No voy a dejar que ese weon te trate así... Ese culiao se paso del limite -
- Y... ¿El Francisco?... - Le interrumpí preocupado por el otro hermano, no quería pensar más en el Claudio ya que me hacía mal. Ambos quedaron pasmados y se miraron a la vez. Necesitaba ver al Pancho, todo mi ser necesitaba estar con él para poder sentirme mejor, con solo imaginar verlo junto a mi me llenaba de fuerzas para recuperarme. Esas nubes negras se disipaban y podía ver la luz. Imaginaba al Pancho sonreírme y eso me daba ánimos para no decaer.
- No le quisimos decir nada aún - Contesto la hermana mayor.
- Si se entera es capaz de dejar mas la zorra... - Asintió el otro.
- Si, tienen razón, es mejor así... Gracias... - Suspire mientras me acomodaba mejor en la modesta cama que parecía ser una de esas antiguas camas de hospital donadas quizás para la comunidad pero que sin duda agradecía poder estar allí sano y salvo.
- Mejor deja al Ángel descansar... Tiene que recuperar fuerzas... Yo tengo que seguir haciendo guardia, tengo otra paciente con apendicitis, pero si necesitas algo me avisas - Asevero la chica mientras se quitaba sus guantes, la bata de plástico y se lavaba las manos abundantemente para luego secarlas con la toalla nova y salio de la habitación.
- ¡Ya si si! Sólo dame unos minutos Paolita porfa... - Dijo el moreno suplicando con las manos. Nos quedamos los dos en silencio hasta que ella se alejo por los pasillos y sonreímos. El Jordan tomo una silla y la acerco hasta mi cama para sentarse cerca de mi, note que algo intentaba decirme pero no le salía la voz, hasta que finalmente tomo el valor y finalmente hablo - Oye esperate, se que queri hablar con el Pancho... llámalo de mi celular... Aquí te va a contestar - Me extendió su celular dejándome totalmente sorprendido. Busco entre los contactos a su hermano y allí en letras brillantes decía <<Pancho Hermano>> - No le digai eso si lo que paso porfa, mi mami no va a aguantar otra pelea... -
- ¿De verdad? Pero... - Mis ojos brillaban en una mezcla de alegría y sorpresa. No podía entender aquel gesto pero lo agradecía infinitamente aunque intente no demostrarlo tan abiertamente, no quería ser tan obvio mi deseo de hablar con Francisco.
- Dale apúrate no mas, que me quedan pocos minutos... Y la Pao se va a enojar si nos pilla, esa es peor que mi mami cuando se enoja - Dijo en un todo burlón, a lo que tome el celular sintiendo como me temblaban los dedos.
- Jeje bueno, gracias Jordan... No sabes cuanto necesito hablar con el Francisco... - Le agradecí con una invariable sonrisa.
- Dale, te dejo piola pa que hablis tranquilo... - Se puso de pie y salió de la pieza rumbo al baño. Me quede unos segundos allí aun pasmado pero luego reaccione sacudiendo la cabeza. Finalmente marque el dichoso numero y espere impaciente hasta que descolgó y sentí como si mi corazón se detuviera justo en ese instante como capturando esa voz y ese momento para siempre.

- ¿Alo?... - La voz indiscutible y perfectamente reconocible del Pancho me hizo sonrojarme, de seguro mi presión sanguínea y mi temperatura corporal aumento en segundos con solo oír su voz.
- Alo, P-Pancho soy yo... Ángel - Le conteste intentando aclarar la voz. Sentí una pausa que se me hizo eterna, hasta que su voz volvió a rasgar el silencio. Por un momento pensé que me cortaría el teléfono.
- Ahh hola Bro, ¿Q-que paso?... Espérame que no te oigo... Voy a salir pa juera - Contesto el moreno en un tono invariable como si hablara con su hermano, entendiendo que estaba fingiendo y que no estaba solo para poder contestarme tranquilamente. Escuche unos cuantos ruidos provenir desde el otro lado. - Mi Ojito e pisciina... - Susurro el Pancho de forma tierna y dulcemente flaite lo que me hizo sonreír de inmediato.
- Mi amor lo siento tanto, no sabes cuanto te extraño... Quería hablar contigo, no podía ubicarte - Le hable algo acelerado, pues no sabía cuanto tiempo tenia para hablar, tenía tanto que contar, tanto que decirle, gritarle que lo extrañaba, que lo quería, que lo necesitaba, mis palabras parecían escaparse de mi boca sin control.
- Emmm... Si po hermano, yo igual, tu sabes que yo también, los extraño caleta... Estoy acá con la Maritza... Eh voy a ir el fin de semana para allá a ver a mi mami con el Tommy... Te veo allá ¿bueno washo?... - Seguía hablando el moreno fingiendo con su voz. La sola idea de poder verlo pronto me hizo subir la bilirrubina y la serotonina de seguro.
- Te espero en el cerro donde estaba el perro ¿Recuerdas?... - Me mordí el labio algo inquieto como cuando un niño tras hacer una travesura intenta no ser descubierto - No sabes cuanto te extraño y te necesito... No sabes el infierno que estoy pasando... Quédate tranquilo estaré bien, te esperare allí... - Suspire para calmarme un poco sintiendo mi corazón acelerado, no quería contarle lo sucedido así, menos por teléfono.
- Ya, washito... Ahí nos vemos... Yo igual po, dile a la vieja que la amo - Contesto el Negro sabiendo que ese "te amo" bien cargado iba dirigió hacia mi y no precisamente a su madre.
- Yo también te amo - Le conteste. Nos quedamos en silencio ambos, podía sentir su respiración agitada desde el otro lado del teléfono, como si quisiera decirme algo más pero le era imposible. Siguió en su papel medio sobreactuado.
- Si po, allá nos vemos ya... Oka... Oka... Te quiero po hermanito... Chao - Cortó de pronto pero dejándome con una sensación de pleno bienestar. A pesar de todo, de alguna forma u otra el Pancho deseaba verme tanto como yo a él, pero habían varios baches en contra que debíamos sortear, a pesar de esa corta llamada fue suficiente para reafirmar que ambos nos queríamos mas de lo que deberíamos, estabamos corriendo un riesgo pero aun así quería estar cerca de él. Sin duda seria la mejor medicina para mi y para él también.

Estaba tan ensimismado como en un sueño vivido que no me percate que el Jordan había regresado junto con una bandeja con comida y me miraba extrañado. 
- Oee Angel, te traje la comida... Chuta que te pusiste colorao, que te paso?... No te vaya a dar fiebre... ¿Llamo a la Pao? - Dejo la bandeja en la mesita auxiliar y me toco la frente en un tono bromista mientras tomaba el celular.
- Si, si estoy super... Mas feliz que la cresta - Le conteste con una amplia sonrisa. Estaba tan feliz que podría hasta saltar en la cama con sonda y todo.
- Shaa te hizo bien la llamada parece... Ya come mejor mira que teni que estar sano - Me acerco la mesa a lo que yo asentí entusiasmado sintiendo un rugido en el estomago, sin duda tenia hambre y la llamada había abierto mi apetito y mis ganas de sonreirle a todos, y me comí toda la comida insípida al hospital pero me pareció igual exquisita con su toque sureño, ya saben que dicen enfermo que come no muere, y el el sur se come mucho. El Jordan miro atento el celular y me mostró la pantalla del celular con un mensaje SMS.
- Oee creo que este mensaje es pa ti, Angel... El Pancho nunca me ha dicho "Te quiero... Ojito e pisciina?" - Ambos nos reímos bien fuerte lo que me provoco un leve tirón en el torso y una reprimenda de la Paola desde el pasillo. Me puse a comer mientras pensaba que tenia que recuperarme para el encuentro del sábado. Mire el calendario en la pared, necesitaba 5 días, sólo 5 días para volver a ver al Pancho una vez más. Esa era una motivación suficiente para sanarme y salir de la posta...

... Los cuatro días siguientes pasaron con cierta lentitud y ansias pero con buenos avances, siguiendo el tratamiento a pie de la letra, el doctor se sorprendió de mi pronta mejoría, de mi buen estado de animo y de mi buena salud en general, salvo por el dolor de las costillas todo lo demás estaba bien, me quitaron la venda de la nariz colocándome de esos puntos que se caen solos y con la visita del Kinesiologo fue reacondicionando mi estado físico y muscular, me hacia masajes en el pecho para comprobar que mis pulmones estuvieran funcionando sin problemas, y luego ya podía caminar y moverme sin problemas lo cual era un alivio sobretodo para poder ir al baño por mi propia cuenta, los dolores en el costado y la espalda fueron desapareciendo a medida que cobraba mas movilidad. Esos días siempre me visitaba la señora María al mediodía, quien me traía golosinas y ropa y otras cosas que le encargaba y ella amablemente me traía, se quedaba conversando un buen rato y se iba a su negocio, en las tardes venía el Jordan a subirme el animo contándome historias y anécdotas chistosas y de vez en cuanto me mostraba los mensajes secretos que enviaba su hermano dirigidos al "Ojitos de Pisciina", también venía la Krishna a jugar, me regalaba dibujitos, peluches, flores y otras cosas que encontraba para mi para subirme el animo, mientras ella se ponía a pintar conmigo aprovechaba los lapices para escribir y de allí nacieron los primeros borradores de esta historia ademas de escribir una carta para el Francisco deseando que pudiera algún día leerla, era la primera vez en mucho tiempo que escribía una carta y prácticamente era una carta de amor además. Pero esa última noche del día quinto, recibí en mi celular a través del Whatsapp un mensaje proveniente del Pancho que me dejo helada la sangre como si fuera un mensaje mortal:

<<Oee Maricón qliao, déjame en paz, no quiero saber na' de ti, no me llamis mas, no me busquis mas embarao... ¿Entendiste? Yo estoy feliz con la Mari, es la mujer de mi vida... Nos vamos a casar ya le dijimos a todos, ademas que a mi me encantan las minas, Voh no fuiste mas que una wea del momento, una calentura pa sacarme las ganas, como teni el poto fácil me lo pasaste altiro... Pero pa' que sepai no cambio a una mina por un weco qliao como voh, no teni ni gracia, no como la Marizhita que la amo, Si no me crei mira la foto que te mandare, estamos felices... Ya sabi ya, me seguí weando y te saco la conchetumare... Te mato qliao si deci algo. Andate pa Santiago y déjanos piola. Chao pa' siempre perkin qliao. Pancho>>

La foto que envió era algo confusa ya que salia el Pancho junto con la weona de la Maritza, pero este parecía estar durmiendo mientras la loca estaba sobre él sacandole la foto, me dio coraje el solo imaginarlos juntos, y descubrí lo celoso que podía llegar a ser por primera vez en mi vida ya que aun peor mi rival era una mujer. No pude evitar sentir rabia y pena, no podía creer que fuera el Pancho capaz de escribir algo así, y que estuviera tan feliz con la loca de su ex al punto de hasta querer casarse con ella, si no quisiera hablar conmigo me lo hubiera dicho, por un lado recibía los mensajes a través de su hermano llenos de cariño y risas, y ahora este directo de su celular hacia mi era completamente diferente a los otros, lleno de odio y amenazas, incluso hasta su forma de escribir y expresarse eran diferentes como si fuera otra persona. Lo peor es que me volvió a bloquear y no pude salir de dudas por mas que le escribí intentando comprender que había pasado para que cambiara de opinión y ya no quisiera verme. Mil pensamientos pasaron por mi mente, hasta pensé que quizás todo era una trampa para separarnos, esa weona quería alejarnos a como de lugar. No saldría de la duda hasta el bendito sábado, si el Pancho llegaba hasta el monte sabría la verdad y que aun desea estar conmigo, si no llegaba entonces seguramente nunca mas volvería a verlo y era la señal para desaparecer de allí y sacarlo de mi vida para siempre y que siguiera su historia de falso amor hetero. Con una desazón dentro de mi me quede dormido, abatido y sudoroso el sedante me hizo efecto hasta el otro día....

...Por otro lado nadie sabía sobre el Claudio ni su paradero, lo cual sin duda me inquietaba, Finalmente me dieron el alta médica, vino un carabinero para tomar mi declaración y hacer una denuncia formal para que el Claudio no se volviera a acercar a mi y por protección y decisión propia pedí si podía alojarme en la posta la cual también funcionaba como albergue, hasta que la sentencia estuviera aprobada en unos 15 días más, a cambio de mantener el lugar limpio y vigilar que nadie se metiera durante la noche y así devolver un poco la mano a todos los que me habían apoyado durante todo ese tiempo, ya que no me cobraron nada salvo los insumos ocupados, lo cual encuentro perfectamente lógico ya que deben reabastecerse continuamente para seguir ayudando y atendiendo a la comunidad; la señora María tras oponerse, pues ella deseaba tenerme en su casa, finalmente accedió al comprender que así estaría bien conmigo mismo y su familia también estaría segura. Ese lugar me llenaba de energía y de tranquilidad. Al poco rato tome mis cosas y me traslade hasta la posta, me asignaron el cuarto de los residentes, ya que pro lo general el equipo medico que trabajaba allí vivía cerca y se iban a sus casas a descansar cuando no había ningún paciente o emergencia.Si había algún problema era cosa de llamar y aparecían de inmediato, sin duda estaban bien organizados y a la vez orgullosos de su labor humanitaria. Durante mi estadía allí aprendí mucho sobre como tratar a los pacientes y sobre cosas relacionadas con la salud, enfermedades y sus tratamientos. Me encargaba durante el día de ordenar las fichas de los pacientes, colocar los insumos cuando se iban acabando, sacar copias a las carpetas y transcribirlas a la base de datos en el computador, sacar la basura hospitalaria, mandar los uniformes a la tintorería, cuadrar los menús de los pacientes según su régimen alimenticio, ordenar los itinerarios y horarios, las prescripciones, cuadrar las horas de consulta, ir a buscar remedios, despachar recetas a recaudaciones, etc. Después ordenar y limpiar las habitaciones y pasillos. Era un trabajo bastante gratificante en lo personal que me ayudo en parte a dejar de lado el trauma que había sufrido. Ademas no habían muchos pacientes, uno que otro herido o toda la gente de Talcahuano era muy sana y todos los males del cuerpo lo solucionaban con comida y alegría que sin duda eran los mejores remedios incluso para sacar a alguien de la depresión como yo.

Ese día quinto salimos finalmente, la luz del sol volvía a saludarme y a bañar mi cuerpo llenándome de energía, las malas sensaciones y pensamientos se habían quedado atrás, destruidas por los antibióticos, y aprovechando el soleado día fui junto a María, Paola y la pequeña Krishna a comprar al Mall y a distraernos un rato, aproveche de comprar algunas cosas pensando en que quedaba tan poco para ese encuentro tan esperado. Encontré una linda chaqueta verde estilo urbano con cierres plateados, y pensé que al Pancho le encantaría y sin dudarlo se la compre, quería darle un regalo a mi Negrito. Si, andaba entusiasmado quizás el efecto de los remedios y el haber salido de la Posta sano y salvo, el hecho de ver al Pancho de nuevo también me impulsaba a hacer cosas que no hubiera hecho antes, aquel mensaje amenazante fue sucedido por otros mensajes esta vez de parte de la Maritza quien me amenazaba, que me alejara de su hombre, acompañado por alguna que otra foto de la supuesta feliz pareja, que se notaba no eran recientes, osea soy audiovisual se notaba que las fotos estaban trucadas, además escritas casi en el mismo tono y son del supuesto primer mensaje de Francisco, lo cual me hizo sospechar que en realidad era ella la weona loca y básica autora de los mensajitos, no me iba a detener ni amedrentar, no era la primera vez que era acosado virtualmente, y menos ahora. Miles de ideas se cruzaron en mi mente, y entonces una de esas ideas se materializo y de pronto compre un celular con un chip, no iba a dejar que nos separara nadie.

El Sábado finalmente llego y con ansias espere hasta el atardecer, llegue media hora antes de puro nerviosismo y de ganas, una mezcla de emociones embargaban todo mi ser. Había soñado e imaginado tantas veces ese momento que ahora al estar allí en ese monte, no sabía que hacer cuando lo viera. Subí hasta una roca y desde allí podía ver la calle cuesta abajo y todo el movimiento que había. Alrededor de las 19 horas, antes del atardecer vi el famoso Subaru Legacy subir por la calle hasta la casa de la familia Salazar, y pensar que el Pancho vivía al principio de la calle estabamos tan cerca y tan lejos a la vez. Suspire cuando le vi bajar tras estacionar el auto, se veía impecablemente hermoso, note como miraba para todos lados y hacia el monte pro un momento pensé que me había logrado ver entre la espesura de los arboles, luego bajo la weona desagradable como siempre intentando hacer show, con solo verla se me revolvían las entrañas de disgusto, la muy patética tomando del brazo al Negro como diciendo que era de su propiedad, pero el Pancho la soltó rapidamente quejándose y arreglándose la ropa lo cual me hizo sonreír y fue a abrirle la puerta al pequeño Tommy tomándolo en brazos. En eso salió doña María a recibirlos con todo el cariño del mundo a su hijo y a su nieto, no así a la Maritza que se miraban ambas con poca importancia, se notaba que ninguna de las dos se soportaba mucho y menos doña María. Entraron a la casa ambas junto con el menor, el último en entrar fue mi querido Negro quien nuevamente miro hacia el monte con su mirada felina y acuciosa, me estaba buscando sin duda y eso significaba una sola cosa.

Le vi entrar a la casa resignado, y entonces esa espera se me hizo eterna, no se cuanto tiempo paso hasta que lo vi salir de nuevo hacia la calle y camino prácticamente corrió cerro arriba con la sagacidad que sólo él tenía. Subio por las rocas y me miro, sus ojos brillaron llenos de fulgor y yo me acerque hasta él en un deseo irrefrenable, en cosa de segundos ya estabamos los dos y no necesitamos nada más en ese momento para correr a los brazos del otro y estrecharnos en ese tan ansiado reencuentro secreto con un fuerte abrazo que me estremeció hasta el fondo de mi ser. Fue como si el tiempo se detuviera y anda mas importara en ese instante, podría aparecer la mismísima perra de su ex y aun así no podría separarnos. Eramos solamente los dos, el uno con el otro. Unidos por una fuerza de atracción mas potente que la nuestra si hasta parecía que desafiáramos la gravedad.

- ¡Angelito! - Suspiro con emoción el Negro mientras me apretaba con fuerza hacia él sintiendo nuestras frentes chocar en un momento y nuestros labios chocaron en un desenfrenado y tierno piquito como si tuvieran un imán.
- Pancho... - Suspire de igual forma mientras rodeaba su cuello con mis brazos y nuestros ojos se encontraron mirándonos profundamente a tal punto que me ardieron las pupilas pero no podía dejar de verlo y sonreirle, podía verme en sus ojos negros y brillantes y achinaditos lanzando chispas de felicidad. Esta vez le bese en los labios con algo de fuerza e ímpetu sintiendo que toda esa larga y tortuosa espera quedaba atrás con ese beso. El presiono sus labios aun con mas fuerza contra los míos en un beso irrefrenable y desesperado, habían sido muchos días sin probar la dulce miel de sus labios gruesos y húmedos. Nuestras bocas se besaron con ganas hasta dejarnos sin aliento y recién allí nos separamos para volver a respirar.
- Shhhh, guarda silencio... No aguantaba las ganas de verte, pero no podía ¿Como estai mi Gatito? - Me decía en voz suave el moreno mientras me acariciaba el rostro suavemente con la yema de sus dedos largos, como si hace años no lo hubiera hecho.
- Mas o menos, pero ahora que estas conmigo estoy bien... Ya no aguanto mas... - Le abrace con necesitada urgencia hundiendo mi cabeza en su pecho sintiendo su aroma masculino y efervescente impregnarse en mi piel, el me acariciaba el pelo casi de forma providencial como si pudiera curar todos mis dolores y penas con solo acariciarme suavemente. Nos separamos un momento para suspirar de nuevo y nos sentamos en la roca, lado a lado. Apoye mi cabeza en su hombro y sus manos tomaron las mias, frotándolas para llenarlas de calor.
- Yo tampoco, quería puro besarte... Tuve que inventar que iba a comprar unas weas para poder salir y verte, estai terrible lindo, rico... - Me dio un beso en la sien, estaba increíblemente mas cariñoso que nunca lo cual me sorprendía sin duda. Me tomo del mentón para sostener mi mirada pegada a la suya, sintiendo como intentaba hablar como queriendo sacar un gran peso de encima, aliviando todo su sentir - Pucha mi bebe lo siento tanto quedo la pura zorra, la Mari me tiene agarrao de los cocos, no me deja ni salir, me quito el celular, me obligo a bloquearte de todos lados, me borro hasta nuestras fotos y videos, me obliga a estar con ella o sino va a interferir para que no pueda ver al Tomas nunca mas y me quiten la custodia compartida, me quiere culpar de pedofilia o alguna wea así... No se que hacer... - Suspiro frustrado el pobre Francisco a lo que acaricia suavemente su nuca y su cuello masajeandole lentamente, se notaba que estaba sufriendo por dentro, no era el mismo Pancho de antes risueño y lúdico, ahora lucia algo apagado y melancólico.
- No puede acusarte de nada sin pruebas, sino puedes tu acusarla de difamación y calumnia... No dejes que te manipule, no voy a dejar que esa weona te arruine la vida - Intentaba consolarlo a lo cual el me apretó aun mas fuerte provocandome un ligero dolor en mi costado. - Auchhh no me aprietes mucho Pancho...  - Me queje algo adolorido a lo que el me vio extrañado viendo mi torso - Pucha mi bebe, lo siento tanto... Todo por mi culpa, no quiero que estés sufriendo... me duele verte así -
- ¿Que te paso? ¿Que te duele?... - Pregunto el Negro mientras levantaba mi camisa a pesar de que se lo impedí y vio el parche que aun llevaba. Sus ojos pasaron de la sorpresa, al estupor, de la duda y a la rabia en cosa de segundos - ¿Que wea te paso Gato?... - Note su voz mas alterada esta vez pero se calmo al ver mi expresión de seguro temerosa de su reacción. - No, no diga eso si no fue tu culpa, fue la mía... Yo soy el que se engancho de ti, yo soy el que no puedo dejar de pensar en ti... ¿Porque estai herido? - Sus dedos acariciaron por mi costado suavemente sin tocar la herida, luego se percato de mi nariz no estaba igual que antes y la tocó, tenia el tabique ligeramente desviado hacia abajo producto del golpe y él lo había notado, conocía mi rostro mejor que nadie. Tome sus manos apretándolas suavemente
- El Claudio me tiene amenazado también, la Mari le mando los videos y me saco la cresta, me pego en las costillas y la nariz, sufrí un ataque de asma y perdí el conocimiento, estuve en la posta incluso... Y no solo eso... - Le comencé a contar mientras vislumbraba aquellas imágenes en mi mente, y fue como si en ese flashback pudiera verme a mi mismo desnudo, herido y asustado sobre la cama, luchando con todas mis fuerzas, intentando no ser abusado por el Claudio y como tras el golpe en la cabeza se abrió esa puerta para detener ese ataque mientras sentía que todo se desvanecía ante mi. Mis ojos se abrieron en un espasmo de miedo.
- ¿Que wea hizo ese bastardo? - Soltó sus manos el moreno enojado, sacudiéndome los hombros como queriendo sacarme de ese trance maligno y oscuro.
- N-No te enojes porfa Pancho... - Suplique asustado por su reacción.
- ¡Dime!... - Clavo su vista en mi con mas vehemencia.
- Trato de abusar de mi - Finalice apretando los ojos a lo cual el Pancho grito lo suficiente para hacer ladrar a los perros salvajes que merodeaban los cerros. - Sshhh! Cállate por favor... -
- Que wea! ese bastardo qliao de la perra, voy a sacarle la rechucha... Lo voy a masacrar - Su rostro se puso rojo de la rabia, sus ojos inyectados de ira, y vi como comenzaba a pegarle combos al árbol junto a nosotros de forma tan fuerte que formo un agujero en el tronco, intente calmarlo tomándole la cabeza y susurrándole suavemente. Su mano quedo cubierta de ramillones por las astillas de la corteza que se cavaron en su mano.
- No, no por favor no quiero mas peleas, escúchame no me paso nada y ademas el Jordan y tu mamá entraron justo también para ayudarme... Ellos me salvaron - Le explique mientras le besaba su frente perlada de sudor y luego limpiaba su mano sacandole las astillas con cuidado para que no se fueran a clavar mas en su piel.
- ¿Pero como mierda paso todo esto y nadie me aviso?... - Suspiro el Negro intentando calmarse y recuperar el control, mientras me veía quitarle las astillas aun apenado y fastidiado con lo ocurrido. A mi también me daba rabia y pena recordarlo. Pero me sentí mas aliviado al contárselo, aunque esperaba que no fuera a cometer una locura contra su propio hermano y terminaran como la historia de Cain y Abel y menos por mi culpa. Tenía que controlar al Negro para que no fuera a cometer una locura, porque sé que en ese momento quisiera cobrar venganza pro mi con sus propias manos, aunque fuera contra su propio hermano. Y es que el sentido de justicia del Pancho eran tan fuerte que no se quedaría tranquilo con solo una palabra.

Una vez que su mano estuvo limpia le di un beso en el dorso de esta, quería darle cariño, necesitaba cariño y él también
- Es que si te decíamos te ibas a alterar, te conozco y eres capaz de cometer una locura... No quiero que ensucies mas tus manos con sangre, no eres un asesino - Le mire a los ojos aun dilatados por lo ocurrido, el moreno bufaba aun acelerado intentando de a poco recuperar la calma - Por favor Pancho, cálmate... Disculparme por no habertelo dicho... -
- Teniai que haberme contao... Ahora entiendo porque el Claudio no estaba en al casa... Pero esperate que lo vea... Mejor que no se aparezca el gusano ese o capaz lo mate a palos - Apretó los nudillos con tal fuerza que se pusieron blancos en contraste con lo tostado de su piel - Que agradezca weon, y que me perdone mi mami... Pero ese bastardo no es mi hermano, ni se merece tu perdón... -
- No, no por favor... Yo ya lo denuncie, no quiero que hagas nada, hazlo por tu mamá... Pancho Mírame, júrame que no harás nada por tu cuenta - Tome su rostro con algo de fuerza para que me mirara, tosudamente se rehusó hasta que sus ojos se cruzaron con los míos y bufando bajo los hombros en clara rendición. Al parecer me quería verme tranquilo aun más que calmar su sed de venganza
- Pero, Angel... Chuchamadre, ya lo juro ¡Esta bien? ¡Lo juro!... - Sentencio bajando la guardia esta vez y me abrazo fuertemente pero con cuidado de no lastimar o pasar a llevar mis heridas - Pero ¿Estas bien? No te voy a volver a dejar sólo, menso con ese psicópata suelto ¿Por eso me llamaste desde el celular del Jordan? ¿Qué dijo mi mami?... - Pregunto esta vez ya mas calmado y en un tono suave acariciando mi cuello y espalda.
- Tu mama ya sabe todo lo nuestro, y nos apoya... Tus hermanos igual... - Le dije algo sonriente, pues al fin y al cabo su familia ya sabía todo lo ocurrido y aun así nos apoyaban, sobretodo la madre - El Claudio se fue de la casa... Nadie sabe donde esta ni contesta el teléfono, debo esperar unas cuantas semanas para que sea afectiva la orden de alejamiento por eso preferí quedarme a alojar en la posta, además queme da mucho pánico volver a entrar en esa pieza, sólo me traería malos recuerdos - Sentí ganas de llorar, pero el me contuvo rapidamente abrazándome con gentileza
- Cobarde qliao... Debe haberse escondido el sarnoso - Escupió flemático el Negro que aun enojado se veía sexy, tan protector y preocupado por mi, aunque no deseaba verlo así convertido en un salvaje irracional sin control capaz de vengarse con sus propias manos. - Esa pieza además fue donde lo hicimos por primera vez, recuerda lo bueno y no sólo lo malo... - Me intentaba reanimar el moreno, a lo cual asentí, tenía que dejar los malos recuerdos atrás y enfocarme en el presente y en lo que tenía que hacer para tener un mejor provenir.
- Si, era la única forma de poder hablar contigo, me tenias bloqueado y no contestabas mis llamadas ni mensajes - Le mostré mi celular para que viera cómo me tenía bloqueado de todas las redes sociales. - Y después recibí ese mensaje que me decías que no querías verme mas - Le mostré mi celular con aquella conversación tan "amable" de el Francisco amenazándome prácticamente de muerte. El moreno lo leyó en voz alta sorprendido por esas palabras escritas con su celular.

Sus ojos se abrieron y parecían brillar aun mas con el reflejo de luz de la pantalla - No fui yo mi Ojito de pisciina, te lo juro, fue esa maraca qlia, ella lo escribió desde mi celular me tiene chato... No sé que hacer para dejarla y me deje en paz... - Vio las supuestas fotos en las que salia ella despierta y el durmiendo plácidamente - Weon si yo estaba raja de curao cuando me tomo esas fotos, es la única forma en que la aguanto.... Por la rechucha estamos rodeados de weones pitiaos... - Se tomo la cabeza en frustración a lo que le abrace con fuerza.
- Déjala, no puede acusarte de nada sin pruebas, tu nunca le has hecho nada indebido al Tommy... - Intervine tratando de hallar una solución a ese otro problema que nos acechaba, la Maritza. Era igual de peligrosa que el Claudio.
- Sii, pero si se enteran que estuve contigo pueden llegar a pensarlo po Angelito, la gente aqui es hocicona e inventa cahuines... si la Jenny se entera me puede quitar a mi hijo, sus papas no van a dudar en hacerme cagar si pueden, me odian... - Suspiro el moreno con aire apesadumbrado - Todos me odian weon... -
- No, yo te amo... Te amo con todo, Pancho... - Le reproche con cariño mientras le llenaba de suaves besos por su rostro, no quería verlo así, me dolía ver como su fuerza de voluntad, su pasión, sus ganas de vivir, su choreza se desmoronaba. No podía dejar que se dejara vencer menos por mi. - Tu mama y tus hermanos nos apoyan... Bueno, menos el Claudio, pero no va a poder acercarse a mi o lo meterán preso -

Sus ojos se fijaron en mi y volvió a apoyar su frente contra la mía, sus labios estaban cerca a los míos casi rozándolos, sintiendo su aliento, le escuchaba susurrar en un tono tan intimo que lograba conmoverme por dentro 
- Y yo te amo a ti, no quiero estar lejos de ti... Pero -
- Lo sé, el Tommy... - Suspire hondamente, no era fácil la situación.
- Si po... No puedo dejarlo, tu y el son lo que mas quiero ahora en mi vida... - Vi sus ojos vidriosos en una clara intención de querer llorar, intentando aguantar las ganas, sobreponiendo su imagen de macho rudo y radical a sus sentimientos mas íntimos y dolorosos. Yo también sentía mis ojos arder en llanto, de rabia, de impotencia, de injusticia. Pero no quise llorar otra vez, menos delante de él y hacerle sentir aun mas miserable.
- Lo se, tu me amas y el también me ama... - Le sonreí.
- El te adora, no deja de hablar de ti todo el rato, la qlia se pone furiosa cuando menciona tu nombre, te odia, porque sabe en el fondo que aun te quiero... - Volvió a sonreírme tan ancho y campante como el mismo. Imaginando esa escena me dejo un suave sabor en la boca, a pesar de todo lo que hiciera esa weona, no había logrado que el Pancho dejara de pensar en mi.
- Si, si lo se me mando muchos mensajes llenos de odio amenazándome de que me aleje de ti... de que deje de buscarte, que tu le habías dicho que la amabas, que iban a arreglar las cosas juntos y estaban pololeando de nuevo y que lo mio fue una calentura y ya -
- Tu sabes que no es así... es mas que calentura, yo me enganche de ti hasta las patas - Me beso profusamente, como si necesitara afirmarme que realmente me quería mucho más de lo que pudiera imaginar o esas mensajes amenazantes pudieran decir para cagar mi mente y llenarla de dudas. Sus besos calmaban mis ansias y me colmaba de cariño y de deseo.
- Hasta dijo que se iban a casar... - Le conteste interrumpiendo sus besos. A lo cual el me volvió a besar con mas insistencia, y sus manos recorrieron mi cuerpo como reclamando lo que era de su posesión.
- Shha la weona pitia, que rabia weon... Ni amarrao me caso con esa loca - Me beso el cuello aprovechando de darme una suave mordida que me hizo estremecer - Si hasta con decirte que la loca quiere que me la culee y todo y no pasa, he estado tomando y tomando pa puro pasar la pena... No puedo, si te soy sincero pienso todo el rato en ti y es lo único que me calienta, el único que me motiva - Sus ávidas manos me habían tomado de la cintura para sentarme sobre sus piernas, quedando acunado entre sus brazos, sus manos me tomaron del culo apretándome contra él. 

De inmediato pude sentir lo excitado que estaba, su respiración agitada, sus manos inquietas, su cuerpo dando espasmos, su pene erecto apuntando contra mi trasero, todo indicaba que moría de ganas pro mi... Y yo a la vez moría de ganas por él. - Mírame!!... - Levanto mi mentón con sus dedos sosteniendo mi mirada - Extraño ver tus ojitos de pisciina... - Exclamo casi en un gruñido de éxtasis, sus ojos penetrantes parecían hipnotizarme y antes de que pudiera percatarme yo mismo comencé a mover mis caderas de arriba a abajo frotándome contra su dura entrepierna. El roce con la ropa era algo áspero y molesto pero no me importaba, necesitaba tocarlo, sentirlo.
 - Y yo también extraño todo de ti... - Ahogue un gemido, cuando sentí sus manos abrir mi camisa casi a la fuerza y su boca hambrienta lamer mi pecho blanco y lechoso, buscando mi tetilla hasta morderla. Ambos gruñimos como dos animales salvajes, en celo, dominados por sus pasiones y sin percatarse que podían ser vistos. Mi mano bajo hasta su entrepierna atrapando su duro y rígido mástil de carne atrapado en sus buzos apitillados que marcaban toda la dureza de su paquete, comencé a mover mi mano sobando de arriba a abajo pro sobre la tela sintiendo el calor que emanaba de el moreno.
- Deberíamos detenernos, pero no puedo.. Mira como me teni de duro y caliente, Angel... - Sus manos se colaron por mis pantalones, metiendo las manos para lograr tocar mis nalgas con sus propias manos y una vez teniéndome firmemente agarrado contra él empezó a hacer un vaiven como si me estuviera follando sobre la ropa, amasaba mis nalgas con rudeza y deseo, pasaba sus dedos callosos por la hendidura de mi raja tocando mi sensible y apretado ano sintiendo espasmos en todo mi cuerpo, mientras yo apretaba cada vez mas y mas su duro sexo viendo como la cabeza de su pico se asomaba por el elástico de su buzo, húmedo y viscoso lo palpe con mi mano provocando que el Negro clavara sus dientes en mi clavícula para ahogar un gemido que de seguro podría escucharse hasta su casa no muy lejos de donde estabamos.
- P-Pancho... - Apreté su cuello contra mi a medida que nos frotábamos mas y mas fuerte, con mas insistencia y necesidad, mis pantalones terminaron a media raja y su pene finalmente salio disparado duro y turgente, palpitando de deseo lo coloco entre mis nalgas apretando su duro y caliente pedazo moreno con mis montañas de carne blancas y suaves que lo envolvían con deseo, con lujuria, sus manos me tomaban con desesperación haciéndome rebotar sobre él, arriba y abajo, de forma arritmica y desenfrenada, perdiendo el control ambos ya arrebatados hundí mi lengua con la suya fundiendonos en un beso, mientras él usaba prácticamente mi culo para masturbarse.

- Tengo unas ganas de metertela entera y dejarte preñaito el hoyito... Ensartarte en mi callampa - Jadeaba mientras hablaba en su tono flaite que tanto me calentaba, la fricción se hizo aun mas fuerte e intensa, ambos sudábamos, respirábamos agitados, sentía a la vez mis nalgas empapadas con su liquido seminal, mi pene duro atrapado en mi ropa a punto de reventar por la fricción y mi propio ano parecía tener vida propia abriendo y cerrándose sin mi voluntad, como si estuviera deseoso de él, de ser penetrado, de ser llenado y usado por él, de sentir su leche hirviente calmar mi sed - Te voy a dejar el potito bien moqueaito para que se vaya así pa la casita... Chorreando mi leshe... Aghhhh voy a acabar conchetumare... Ohhh Ohhhh! - Antes que pudiera percatarme, apoyo la punta de su pico ardiendo de deseo en la entrada de mi ano, casi a punto de caer sobre él y que traspasara mi anillo con su tolete de carne, y entonces clavo nuevamente sus colmillos en mi cuello y le sentí explotar una copiosa y gran cantidad de semen, se notaba que llevaba hartos días sin descargar sus bolas, cada disparo contra mi ano como si fuera una pistola y mis nalgas rebalsandome con su esencia, sintiendo el calor de su esperma casi quemar la sensible piel de mis nalgas que quedaron cubiertas de blanco. No era consciente de nada, pues en ese momento también me corrí automáticamente sobre mi ropa, era mucho el placer y el deseo contenido y desbordado, y el roce de mi pene contra él, sus manos apretando mis nalgas, su boca en mi cuello, y su grueso pico disparando semen a chorros contra mi agujero me hizo acabar manchando mis pantalones.

Ambos quedamos agitados y algo mareados, exaltados, sudados, sin poder respirar, los ojos cerrados, llenos de éxtasis y con los huevos vacíos, me besaba con deseo y cariño mientras sentía aun su duro pene palpitar entre mis nalgas y el pegajoso liquido impregnarse en mi trasero como dejando su marca. Me dio un par de nalgadas que nos hizo reír a los dos.

- Poto qliao rico weon... - Nos separamos un poco sin dejar de reír locos y eufóricos. Me puse de pie, mi ropa era un desastre toda sucia y manchada de semen. No tenía nada con que limpiarme. No venia preparado para aquel ataque sexual imprevisto.
- ¿Te gusta?... - Le dije juguetón mientras le mostraba mis nalgas moviendo los glúteos.
- Si po, me vuelve loco y es sólo mio... Te lo deje bien moqueaito... - Me volvió a dar otra nalgada antes de ayudarme a subir mis pantalones dejando que la tela dejara una notoria mancha húmeda en mi trasero a lo que me sonroje. El sólo se rió en su tono flaite burlón haciendo una especie de baile cachondo y desinhibido agitando su pene de un lado para el otro como una manguera, contento por la travesura que había realizado y se arreglo su buzo guardando su negro pene que aun parecía tener ganas de jugar. Yo sólo se lo apreté por sobre la tela. - Ya oh Gato maldaoso!... Suéltame la pichula un rato... -

Le bese dulcemente
- Si sólo jugaba... Además que me tengo que ir, no vaya a ser que la Mari me vea por acá... - Ya había oscurecido y sin duda estarían esperando por el Pancho en la casa, sobretodo la bruja manipuladora de la Maritza, quien de seguro no imaginaba lo que estaba pasando o le daría un ataque si nos pillaba.
- Si bebe yo igual me tengo que entrar... pero antes necesito hacer algo... - Me tomó de las mejillas y me dio un beso profundo y húmedo como forma de despedida, su lengua dibujaba círculos con la mía, su aliento y su sabor quedaban pegados en mi paladar, sellando un beso apasionado.
- No quiero que nos separen, menos así... Quiero verte feliz, quiero que seamos felices - Suspire cuando nuestros labios se separaron.
- Yo menos quiero separarme de voh, voy a luchar por esta wea... - Me dio un piquito como ese primer piquito que me dio al reencontrarnos en aquel cerro.
- Oye le compre un regalito al Tommy, un carro de bomberos, fíjate bien adentro tiene una cartita escondida para ti para que no la encuentre la Mari, la escribí pensando en ti cuando estuve en la posta, por favor leela cuando estés solo, ahh y te conseguí un celular y un chip con tu mami... pídeselo a ella cuando vayas a la casa - Le comente con una sonrisa cómplice.
- Ohh la dura gatito? Puta que eris inteligente, como no voy a quererte weon? Mas encima estai aliado con mi mami.... - Se rió el Negro contento pro como se estaban dando las cosas y que quizás teníamos una oportunidad para salir adelante. Note su optimismo y esa mirada de antes que me hacia estremecer, ese Francisco que me había cautivado por completo desde la primera vez y por quien había vivido miles de cosas en tan poco tiempo y estaba dispuesto a cometer y vivir mil locuras más con él - Claro que voy a leer tu cartita weon, y el celu lo usare pa hablar contigo en cuanto pueda... - Me miro pensativo el guapo moreno, algo estaba tramando se notaba en su mirada - Algo se me ocurrirá para sacarte de aqui e irnos juntos, tengo que deshacerme de esa loca qlia... -
 - Ten cuidado porfa... - Le abrace con fuerza no quería separarme de él. Pero teníamos que hacerlo. Con dolor nos teníamos que despedir. Me tomo de la mano para bajar del monte, me apretó la mano con suavidad como si llevara algo precioso junto a él y no quisiera perderlo.
- Si tranquilo mi Angelito... Ya andate pa la posta no mas, yo iré rapidamente a comprar unas weas y volveré a la casa pa' no levantar sospechas - Me soltó la mano suavemente, como si no quisiera hacerlo, y en un sobresalto me volvió a abrazar con fuerza, casi estrujándome contra el, levantándome del suelo incluso sosteniendo mi peso. - Te voy a echar caleta de menos... - Me soltó sin evitar que volviéramos a reír los dos.
- Bueno amor... oye y no te preocupes por los recuerditos, yo los tengo protegidos por allí... Cuando puedas te los envió para que los veas cuando me extrañes - Le exclame en un tono coqueto guiñándole un ojo a lo que este me miro con toda su picardía flaitonga.
- Uff mi Gatito goloso, no sabis cuanto te deseo y extraño tu cuerpo, por lo menos ya me descargue, andaba terrible acumulao jajaja... pero ya vete, vete, te mandare un mensaje en la noche - Me daba una palmada juguetona en mi trasero aun manchado por su culpa y se largaba a reír jocosamente. - Jaja te deje como un berlin pastelero... Vai chorreando toda la crema -
- Jajaja loco, me vuelves loco tu también, yo también te deseo y te quiero... Me debes unos pantalones nuevos además - Le robe un ultimo beso y entonces camine cuesta abajo, le mire alejarse y no pude dejar de sonreirle embobado.
- ¡Y yo aun mas! - Exclamo el Negro desde lo alto colocando sus dos manos en la boca como queriendo amplificar el sonido de su voz y que le escuchara desde lejos. Vi que se dirigía al negocio de la esquina supongo que a comprar alguna cosa para no levantar sospechas y movía el brazo bien alto despidiéndose.
- Chao mi Negrito... - Sacudía mi mano en forma de despedida y cuando le vi entrar al negocio, suspirando corrí cuesta abajo hasta la posta. Estaba feliz y entusiasmado y corrí con alegría sintiendo mi cuerpo enardecido y lleno de una sensación de bienestar y calma. Hacía tiempo que no me sentía así vibrante de emoción y con ganas de cantar incluso al mas puro estilo musical de Broadway.

Cuando llegue finalmente a la posta hice una rápida inspección notando que estaba todo en orden y no había ningún paciente o albergado, no había ningún paramedico, enfermero o TENS de turno en la noche y todo parecía tener una dulce calma, me puse a hacer aseo, a trapear los pasillos, las escaleras, y a ordenar las habitaciones que eran los módulos acondicionados para atención primaria de emergencia, la cocina, los baños y hasta subí a la azotea en donde una gran claraboya dejaba entrar la plateada luz de la noche, me quede un rato allí observando el cielo y el infinito, me sentía enérgico como cuando tras ver a la persona que quieres sientes como si adquirieras superpoderes o por lo menos esa capacidad única de querer hacerlo todo, incluso volar, allí acompañado por la música de ABBA como siempre fiel cancionero de mi vida, me fui al baño para ducharme sin evitar recordar todo lo que había pasado, ese reencuentro tan esperado, lleno de pasión y ternura, de una necesidad de ver y sentir al otro, de no dejar que nadie más se interpusiera, de querer detener el tiempo, de unirme a él y desaparecer entre el bosque y la niebla. Mientras enjabonaba mi cuerpo y dejaba que el agua caliente fluyera por mi cuerpo aun podía sentir cierta viscosidad en mis nalgas luego de lo ocurrido y no pude reirme de mi mismo y de como mi vida había cambiado rotundamente hasta ese punto.

El Angel de antes no hubiera aguantado mucho la presión y hubiera escapado a Santiago a refugiarse en su burbuja, estuve a punto de hacerlo, pero me agradecí a mi mismo por no hacerlo, y por primera vez enfrentarme a mi destino, pro alguna razón había llegado hasta Talcahuano y había conocido al Francisco, sea destino o casualidad, allí estaba y aunque suena loco, riesgoso y poco decoroso, con el semen de mi pareja pegado en mi piel. Algo que nunca antes había hecho o permitido a otro hacer. Mi sentido común me dijo en ese momento que debía cuidarme, lo había hecho siempre hasta ahora, pero con Francisco todo era diferente, y no lo hice, me había entregado completamente a el sin dimensionar las causas o consecuencias, tenía que asegurarme que ambos estuviéramos limpios y negativos, confiaba en él en un cien por ciento, pero ya saben lo arriesgado que es el sexo entre hombres, y con mayor razón si la otra persona es "hetero" y tiene historial de meterse con muchas mujeres a la vez, tenía que contarle que no todo era color de arcoiris en el mundo gay. Teníamos que cuidarnos, no solo física y sexualmente, sino también emocionalmente. No intento hacer una campaña ni un panfleto sobre el tema del cuidado sexual, sólo intento mostrar mi punto de vista para que no tenga que pasar por el miedo, la angustia y el dolor que puedes causarle al otro y a ti mismo por no cuidarte. Es mejor prevenir que lamentar.

Tras salir de la ducha, me fui a la pequeña habitación de los residentes, la cual usaba para dormir en aquel lugar. El silencio era algo abrumador y en medio de la cama me costo conciliar el sueño, ya era pasado la medianoche y aun sentía esa efervescencia recorrer mi cuerpo con solo pensar en Francisco, en su risa, en su mirada, en sus manos, en su cuerpo, en su boca, en su aroma, en su sabor, en su sexo, en sus gestos, todo en el se grababa a fuego en mi memoria y en mis sentidos. Tras unos minutos dando vueltas sobre el colchón mi celular sonó y algo extrañado vi que había recibido un mensaje de voz por Whatsapp, mi risa se dibujo automáticamente cuando reconocí ese numero desconocido y aquel clip de audio reproducía la voz indiscutible del Pancho, de aquel flaite, de aquel hombre que había derribado todas mis trabas y caretas, la escuche como diez veces sintiendo como si ambos estuviéramos conectados y nuestras ganas de vernos de nuevo no podían esperar hasta el alba, el audio se repetía y repetía sin parar mientras corría eufórico, dispuesto a reencontrarme de nuevo con él. Esa tarde culmino mi más oscura y depresiva semana, había logrado salir a la luz, el Pancho me había sacado de ese pozo ciego, había disipado mi angustia y pena, mis nubes negras y me había colmado de felicidad y amor, también de su semen como una forma de declaración que sólo quería estar conmigo y yo con él, que no nos volverían a separar y que las ganas de vernos de nuevo nos había empujado a salir de nuestras camas vacías y solitarias en busca del otro. Su sólo mensaje de voz me hacia ilusionar de que todo lo malo de alguna forma había valido la pena, para lograr que el Pancho y yo fuéramos imbatibles de allí en adelante. La gente tendría que entenderlo y si no pues que se jodan, no iba a dar vuelta atrás... Teníamos ahora una segunda oportunidad para reencontrarnos otra vez.

<<Angelito, Perdona la hora bebe. No puedo dormir, me he dado vueltas todo el rato pensado en ti... No puedo estar lejos de ti, he leído tu carta como cien veces y te imagino y quiero puro abrazarte y besarte, no quiero pasar una noche más sin ti, no aguanto más, quiero hacerte el amor toda la noche, dejarte llenito de mi amor, quiero dormir abrazadito a ti, quiero sentirte pegado a mi cuerpo, quiero despertar a tu lado y darte desayuno en la cama y atenderte como un príncipe, te prometí que íbamos a pasar una noche juntos... ¿Porque no esta noche que esta perfecta ah? Tu eris mio y yo soy tuyo. Seamos sólo uno po Gatito ni una wea me importa el mundo culiao, me los paso por la punta de la colloma lo que opinen. Mira la luna esta llenita, si me lo pedí te regalo hasta la luna weon porque vo has sido el único que realmente me ha querido sin importar lo que sea. Escapémonos juntos mi washito. Vivamos al máximo esta wea que tenemos. Vístete y arréglate, te paso a buscar en media hora a la posta. Te daré la mensa sorpresa mi Ojito e pisciina. Estoy terrible alucinao. Te ama con locura. Tu Negro>>

Comentarios

  1. Weooooon ctmre capitulo amado me dejó en shock! Me sorprende que cada vez que leo un capitulo nuevo tuyo aumenta mi estado de impactado ajjajajaja muy buen relato!

    ResponderEliminar
  2. Dios, que comienzo tan terrible pero que desenlace tan esperanzador. Te perdono por no escribir en más de 2 semanas >:/. Es broma :3

    Quisiera saber que pasará con tu historia pero ya, aunque para eso habra que esperar

    P. D. Espero que no demores mucho para el siguiente capitulo

    ResponderEliminar
  3. Hola, me encanta tu historia, la leo desde que estuvo en la página de Flaitecitos. Son tan tiernos y la nota. Soy de Peru, y como curiosidad, quisiera que alguien de aqui me pueda explicar ese término de "Ojito de piscina" jejej que significado tiene... Gracias Y saludos desde aquí.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Que tiene los ojos de color celeste como las piscinas xd

      Eliminar
  4. Gracias a todos por su apoyo y comentarios y seguir esta historia. No he podido actualizar aún el nuevo capítulo por el fin de semana largo pero ya vendrá la siguiente parte así que sigan atentos.

    ResponderEliminar
  5. Tres palabras: re-chu-cha. Esto se ha convertido en un vicio. Este relato quedó trunco en Flaitecitos, y desde entonces me ocurre a menudo preguntarme qué pasó con el ojitos de piscina. Y heme aquí por la magia del destino, la tecnología y mis obsesiones, sumergido en este frenesí de emociones, turbaciones y pulsiones que prodiga esta historia. Gracias por compartir esto. No desistas, no desmayes, no desaparezcas. Por favor. Eres imprescindible. Un brazo y espero tu siguiente entrega.

    ResponderEliminar
  6. Cuando un nuevo capituloo??

    ResponderEliminar
  7. Regresaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

    ResponderEliminar
  8. Come back please, I need you, te lo shuplico, come back

    ResponderEliminar
  9. Vuelve por favor! Ya perdí la cuenta de cuántas veces he leído la historia completa o de cuántas veces he visitado la página :c

    ResponderEliminar
  10. Vuelveee..... Que sin ti la vida se me va...

    ResponderEliminar
  11. Por fi vuelve. En tiempos de cuarentena, se te extraña aún más u.u

    ResponderEliminar
  12. ____/\__________/\____________________________________

    ResponderEliminar
  13. Que relato más bueno!!!, caliente, morboso, romántico, excitante... me encanta!!! aparte que me enamoré perdidamente del Pancho, el macho soñado. Por favor sigue con el relato es el mejor de todos los que he leído.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

El Casi Cuñado - Capitulo 6 #NaturalezaSexual

El Casi Cuñado - Capitulo 9 #EscapadaRomantica

El Casi Cuñado - Capitulo 4 #PecadoConsumado